
3 DE JULIO: POR QUÉ SE CELEBRA EL DÍA DE LOS LOCUTORES
La fecha recuerda la creación de la Sociedad Argentina de Locutores. Y desde 1950 se reconoce la labor de las voces en los medios de comunicación.
Actualidad03/07/2023 Martín Berrade
El Congreso Nacional de Locutores eligió el 3 de julio, que se celebra desde 1950, en conmemoración del nacimiento de la histórica Sociedad Argentina de Locutores (SAL).

La SAL fue creada en 1943 por iniciativa de 21 locutores argentinos que trabajaban en algunas de las emisoras radiales porteñas más famosas de la época. La idea de vincularse surgió en un evento que tuvo lugar en la redacción de la revista Antena, ya fuera de circulación.
De acuerdo con las palabras del reconocido conductor radial y televisivo Roberto Galán, el responsable de la propuesta fue su colega radial Jorge Homar Del Río, quien por entonces trabajaba en Radio El Mundo.
Según Galán “la idea surgió durante un encuentro propiciado por la Dirección General de Correos y Telégrafos, que solía convocar a locutores de las principales emisoras porteñas. Era para conducir el tradicional desfile militar del 9 de julio en la zona de Palermo. Al conocernos los locutores, nos dimos la mano, ya que estábamos distanciados y competíamos entre nosotros”.
La Junta Provisoria tuvo como presidente a Pedro del Olmo y como secretario a Roberto Galán, el cual se afianzó en su cargo. En cuanto al primer presidente oficial del organismo, la autoridad le fue correspondida a Juan Carlos Thorry.
A la Junta Provisoria A la acompañaron 19 históricos colegas: Raúl Marmagno Cosentino, Ricardo Berutti, Eduardo Besnard, Ricardo Bruni, Roberto Cano, Juan Bernabé Ferreyra, Carlos Fontana, Carlos Foresti, Juan Carlos Grassi, Jorge Homar Del Río, Carlos Iglesias, Roberto Lafont, Milton Lima Mansilla, Rodolfo López Ervilha, Jaime Mas, Juan Monti, Alberto Rial, Rodolfo Torwill y Pedro Valdez.
De los speakers a los locutores: un poco de historia
Las radios nacieron ofreciendo contenidos artísticos. Desde 1920 y hasta finalizada la década de 1950, los programas musicales, radioteatros y ciclos de variedades dominaban las programaciones radiales. Luego, la noticia dominaría el aire. Entre cada uno de esos segmentos estaban (y siguen estando) los avisos comerciales que resaltan las virtudes y bondades de productos y servicios que posibilitan el financiamiento de la emisora.
Así como en los estudios, pasillos y camarines (aunque no lo creas, las radios contaban con esa comodidad!) era frecuente encontrar a los más famosos cantantes, músicos, actores, actrices, dramaturgos y directores teatrales del momento. También nos encontrábamos con los speakers, esas potentes y claras voces que leían los avisos, identificaban a las radios, abrían y cerraban artísticamente los programas, presentaban a las orquestas, leían los relatos de los radioteatros y hasta hacían de partenaires de las grandes actrices y los actores más reconocidos del momento.
Con la radio nacieron los speakers, tal como se llamaba en inglés a los locutores. Eran mayoritariamente hombres; de a poco las mujeres pudieron comenzar a hacerse escuchar ante quienes manejaban los destinos de las estaciones radiales y compartir sus voces con la audiencia.
No es conveniente generalizar pero sí podemos encontrar algunos rasgos generales en las primeras camadas de locutores radiales. No existía formación alguna. Es decir, no había escuela de locutores, preparación técnico-vocal ni cursos con pautas sobre el desempeño en el flamante medio. Era todo a prueba y error. Había que hablar “claro y fuerte”, porque se imaginarán ustedes que tanto los equipos de emisión como los receptores no estaban dotados de gran tecnología durante las décadas de los años 20 y 30.
Había que ser simpático y vendedor a la hora de leer los avisos comerciales; cálido y claro para presentar los shows artísticos, y ser un poco actor a la hora de leer los relatos que ambientaban las escenas de los radioteatros.
Tenían que cumplir con los horarios ya que los ciclos radiales solían ser de 15 o 30 minutos, la tanda era sagrada y los tiempos debían cumplirse a rajatablas. Y había que ser elegante, vestir bien y moverse como un artista. Para los programas especiales, los locutores se vestían de smoking y las locutoras de largo, ante las decenas de asistentes que solían colmar los imponentes auditorios radiales.
Podían ser empleados de una radio o “fraseros”, es decir, que contratados por una firma comercial o agencia publicitaria, recorrían varias emisoras solo para leer en las tandas el aviso que les correspondía. Solían “hacerse un sueldo” los fraseros.
A comienzos de la década de 1940, se creó una escuela de locutores que hacía foco en prácticas de declamación con alto contenido de información academicista que, por algún motivo no prosperó.
La creación de la Sociedad Argentina de Locutores (SAL) en 1943 fue el corolario de una serie de acciones tendientes a defender los derechos laborales de los locutores, al tiempo que evidenció al mismo tiempo, la necesidad de crear un organismo formativo para los futuros colegas. A esta función del organismo, se sumó la de ser que ser también regulador en la materia.
Sin embargo, transcurrirían varios años hasta que cientos de radios en el aire de Argentina y el primer canal de TV ( Buenos Aires 1951) vieran abrirse las puertas de un Colegio Nacional en cuyas aulas comenzaría a funcionar el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER).
A partir de entonces, existió un sitio al que aspiraron miles de personas para poder dar sus pasos en los medios de comunicación. No todos pasaron las instancias de los exámenes de ingreso. En principio, la carrera duraba dos años, luego se extendió a tres. Convivió con carreras como las de Operador Técnico y Productor y el título terciario se proyectó hacia el universitario mediante acuerdos con universidades nacionales.
En Argentina existe una situación extraordinaria ya que en otras partes del mundo no existe la figura del locutor como la tenemos nosotros. En otros países el locutor es generalmente un actor, que como una rama secundaria de su trabajo, se dedica a la locución en rubros como publicidad, doblaje y lectura de relatos mientras que quien presenta o lee las noticias en la radios o canales de TV es un periodista y quien conduce los programas en las radios es un idóneo en los temas que trata, un famoso o un periodista. Pero son varias, diferentes carreras que terminan siendo lo que acá agrupamos en una. Eso también provoca que el locutor requiera de un campo de acción muy complejo porque se desempeña en varios ámbitos a la vez.
Aquí hay un carnet habilitante que se obtiene luego de haber cursado exitosamente la carrera y un estatuto que define labores y esclarece derechos y obligaciones.
Sin dudas, de los tiempos de los speakers a la creación de podcasts y stremings, hay una vida o varias, llenas de cambios sociales, culturales y tecnológicos. Sin embargo, siguen existiendo en la Argentina las escuelas de Locución.








