Desde el 26 de agosto la Ley de Servicios Digitales (LSD) de la Unión Europea ha entrado en vigencia, afectando a las 19 principales redes sociales, sitios de comercio y motores de búsqueda de internet. Plataformas como Google, YouTube, Amazon, Facebook, Instagram y Twitter, entre otras, están sujetas a esta nueva legislación única en su tipo.

El objetivo principal de esta ley es abordar problemas clave como la desinformación, la pornografía infantil y los algoritmos problemáticos presentes en las plataformas digitales. Para hacer cumplir estas regulaciones, la Comisión Europea supervisará y aplicará las medidas establecidas en la legislación.

Las empresas afectadas, que cuentan con más de 45 millones de usuarios activos en la Unión Europea, ahora tienen nuevas obligaciones para combatir la desinformación, el odio en línea, la pornografía infantil y las falsificaciones. Los infractores se enfrentan a multas significativas, pudiendo llegar hasta el 6% de su volumen de negocios global. En casos de reiteradas infracciones graves, se podría imponer una prohibición temporal de operar en la Unión Europea.

Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior, destacó que el LSD establece un nuevo estándar para las plataformas en línea. Ahora, estas empresas no pueden establecer sus propias reglas y están sujetas a regulaciones similares a las de las instituciones financieras.

La nueva legislación también exige que las plataformas proporcionen una herramienta para señalar fácilmente contenidos ilícitos y que los retiren rápidamente. Además, se requiere una auditoría anual para verificar el cumplimiento de sus obligaciones y se busca reducir las estafas rastreando a los vendedores en los sitios de comercio.

Algunos gigantes de Internet ya han tomado medidas para cumplir con las regulaciones antes de la fecha límite. TikTok, Microsoft, Meta (matriz de Facebook e Instagram) y Google han anunciado cambios en sus sistemas y prácticas para adaptarse a la LSD. Estas adaptaciones incluyen permitir a los usuarios desactivar recomendaciones personalizadas y brindar más transparencia en la publicidad y la moderación de contenidos.

La LSD también pone bajo escrutinio los algoritmos y sistemas de recomendación, incentivando a las plataformas a explicar su funcionamiento y ofrecer alternativas sin personalización. Además, se prohíben anuncios dirigidos a menores y basados ​​en datos sensibles.

El cumplimiento de estas regulaciones es un paso importante hacia la protección de la información, la seguridad y la privacidad en línea en la Unión Europea.