EXTRANJEROS PODRÁN COMPRAR TIERRAS SIN RESTRICCIONES

En un giro histórico para la política agraria en Argentina, el presidente Javier Milei ha anunciado a través del DNU 70/2023 la derogación de la Ley 26.737, conocida como Ley de Tierras, permitiendo a los extranjeros adquirir tierras rurales sin restricciones. Este cambio, plasmado en el capítulo dedicado a la Bioeconomía del decreto, marca el fin de una regulación que limitaba la propiedad de tierras por parte de capitales extranjeros.

El decreto, publicado en el Boletín Oficial, establece en el "ARTÍCULO 154" la derogación de la mencionada ley, destacando la necesidad de eliminar limitaciones al derecho de propiedad sobre la tierra rural y las inversiones en el sector.

Hasta este cambio normativo, la Ley 26.737, promulgada en 2011 durante la presidencia de Cristina Kirchner, imponía límites a la compra de tierras rurales por parte de extranjeros. Los artículos clave de esta ley establecían topes porcentuales y superficiales para la posesión de tierras.

Los artículos 8º, 9º y 10º de la mencionada ley fijaban restricciones, como el límite del quince por ciento (15%) para la titularidad de dominio o posesión de tierras rurales en el territorio nacional. Además, se establecía que personas físicas o jurídicas de una misma nacionalidad extranjera no podían superar el treinta por ciento (30%) del porcentual asignado. También se limitaba la posesión a mil hectáreas en la zona núcleo.

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A pesar de la intención original de limitar la penetración extranjera en el sector agropecuario, los resultados no respaldaron la necesidad de dichas restricciones. Según informes, el porcentaje real de campos en manos extranjeras era mucho menor que el límite establecido por la ley, apenas un 6% a nivel nacional.

La derogación de la Ley 26.737 elimina un marco legal que, aunque controvertido, mantenía ciertos límites a la propiedad de tierras rurales en manos extranjeras. El DNU de Milei argumenta la necesidad de liberar al sector de estas restricciones, posibilitando inversiones, pero las opiniones sobre las implicancias de esta medida varían.

Algunos sectores expresan preocupación sobre el riesgo que representa abrir las puertas a inversiones extranjeras en un momento en que países como China o los Emiratos Árabes adquieren tierras globalmente para asegurar su seguridad alimentaria. Por otro lado, hay quienes ven esta medida como una oportunidad para atraer inversiones y estimular el crecimiento económico en el país.

La historia de la Ley 26.737 revela que, aunque la preocupación inicial sobre la penetración extranjera en la agricultura era elevada, la realidad no respaldó esos temores. Sin embargo, esta legislación nunca abordó cuestiones más apremiantes, como la estructura obsoleta de los registros catastrales que dificultan la identificación de propietarios de tierras, sean extranjeros o nacionales.

El DNU de Milei, al eliminar el límite máximo para la compra de tierras por parte de extranjeros, plantea interrogantes sobre la dirección futura del sector agrícola en Argentina, y si aumentarán las inversiones extranjeras, o existirán riesgos de concentración de tierras en manos foráneas.

Son muchos miles de hectáreas improductivas en todo el país y que algunas podrían pasar a manos extranjeras, y en el caso de la Patagonia, las entidades rurales de Chubut y Santa Cruz, principalmente, viene alertando sobre el creciente abandono de campos ante la falta de rentabilidad, algo que crea una oferta de tierras disponibles para cualquier inversor.

Por otra parte la Ley de Tierras ahora derogada, establecía la prohibición a la compra de tierras en espacios fronterizos por parte de extranjeros, por una cuestión de seguridad nacional, y con estos cambios se desconoce si este aspecto también queda sin restricciones.

Con todo esto el levantamiento de restricciones a la compra de tierras rurales por parte de extranjeros en Argentina marca un hito en la política agraria del país, ya que se enfrentan dos posturas, los que celebran la apertura a posibles inversiones productivas con la extranjerización de tierras, y los que advierten sobre posibles riesgos. El tiempo revelará las consecuencias de esta decisión presidencial.

Con información de Bichos de Campo