30 AÑOS DEL REGRESO DEL CACIQUE INACAYAL A TECKA

Abril de 1994, por intervención del senador Hipólito Solari Yrigoyen, el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, entrega la urna y parte de sus restos.

Chubut 20 de abril de 2024 Christian Devia Christian Devia
Inakayal volvió a su tierra hace 30 años
Inakayal volvió a su tierra hace 30 años

Por Patricio Castillo Meisen.

El día 30 de marzo de 1990 el Senador Hipólito Solari Yrigoyen, presentó un proyecto de Ley disponiendo el traslado de los restos mortales del Cacique Inacayal desde el Museo de Ciencias Naturales de La Plata hasta la localidad de Tecka, para su sepultura definitiva, sancionándose luego como Ley 23940.

No fue sencillo lograr que la ley se cumpliera por la reticencia del entonces presidente Carlos Menem y sus ministros del Interior, Manzano, Beliz y por último Ruckauf. Debió presentar una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario público, causa 12.503 "SOLARI YRIGOYEN s/ DENUNCIA", que tramitó ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 3 a cargo del Dr. Martín Irurzun. Recién entonces dictaron el decreto reglamentario correspondiente, Nro. 2391/93 y comenzamos a organizar y coordinar con las autoridades del Museo, quienes también fueron reacias a desprenderse de lo que consideraban una pieza más, parte de su patrimonio.

El día 19 de abril de 1994, en consonancia con el día del Aborigen Americano y luego que el Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Plata aprobara el dictamen de la Comisión de Interpretación y Reglamento, el Director del Museo entregó -en presencia de representantes de organizaciones aborígenes- una urna donde se suponía que se encontraban la totalidad de los restos del Cacique Modesto Inacayal. La recepción en el Museo fue un acto sencillo y sentido, entendiendo de buena fe que las autoridades del Museo y del Poder Ejecutivo de la Nación, estaban cumpliendo con la manda que imponía la Ley. 

Los representantes de los pueblos originarios trasladaron la urna hacia el avión con destino a la ciudad de Esquel arribando cerca de las 14.00 horas. Desde la escalerilla del avión, dos jóvenes aborígenes recibieron la urna, escoltados por una doble guardia de honor efectuada por militares del Ejército.

Luego que el Ejército argentino rindiera los honores militares que exigía la Ley 23940, las ancianas rodearon la urna funeraria y, en su lengua, realizaron una serie de oraciones y bailes.

Mercedes Nahuelpan, nieta del Cacique, dirigiéndose al Senador autor de la Ley, y a toda la multitud que nos acompañaba, brindó un estremecedor discurso en el que mencionó: “les doy las gracias a los blancos, primeramente, que han entregado a nuestro abuelo Inacayal, porque es mi sangre… por eso tengo un poco de debilidad, pero .. pido a Dios que me dará fuerzas para poder dar las gracias a aquel que entregó nuestro cuerpo de nuestro abuelo. Dios quiera que tengan salud y vida aquellos que reconocen la dignidad de los aborígenes que somos en esta Argentina..”, concluyendo irónicamente con una frase que muchos dejaron pasar: “somos los verdaderos dueños de esta tierra… pero, qué le vamos a hacer…”

Los restos del Cacique Inacayal fueron acompañados desde Esquel a la localidad de Tecka por tierra, en una larga caravana de automóviles donde una gran cantidad de representantes y miembros de las comunidades originarias lo aguardaban para brindarle los honores correspondientes a un Cacique de su envergadura y darle descanso en la tierra en la que se erigió su figura. Poca trascendencia le dieron las máximas autoridades provinciales, aunque es de destacar la presencia de la Dra. Lidia Rodríguez de Martín, por entonces Ministra de Gobierno del Dr. Carlos Maestro.

En la ceremonia, al pie del mausoleo que se construyó para el descanso final de los restos del Cacique Inacayal, habló el Dr. Solari Yrigoyen señalando que luchó y promovió la sanción y el cumplimiento de la ley que permitió que, con todos los honores, los restos del cacique volvieran a Tecka, interpretando a sus comprovincianos. Pese a que no fue fácil conseguir su sanción, consideró que “esa ley no tuvo dueños. Fue de muchos, porque muchos la soñaron. Fue de todos, porque todos la compartimos. Constituyó, además, una reivindicación moral y un homenaje que el país, a través de su Congreso Nacional, rindió a nuestros aborígenes” . También hicieron uso de la palabra Rogelio Guanuco, presidente de la Asociación Indígena de la República Argentina y Ambrosio Ainqueo, haciendo referencia al injusto y prolongado destierro que sufriera Inacayal y otros jefes de distintas comunidades nativas y destacaron que el acto constituía una ceremonia de reafirmación de la dignidad del hombre, al tiempo que enfatizaron la necesidad de profundizar acciones que devuelvan los derechos perdidos. 

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La urna con los restos del Cacique Modesto Inacayal fue cubierta con una bandera argentina, un poncho y las ofrendas florales, colocándole piedras, unas sobre otras, en forma de pirca, mientras en el exterior soplaba un fuerte viento que los pueblos originarios interpretaron que era el espíritu de Inacayal que regresaba a su tierra. 

El mausoleo, ubicado en la cima de una loma al costado de la ruta nacional 40, hoy constituye un espacio sagrado para las comunidades aborígenes y es visitado por gran cantidad de personas. Allí descansa el gran Cacique Inacayal, símbolo del trato amistoso con los blancos, pero también de la resistencia de los pueblos originarios, despojados de sus tierras y privados del derecho humano fundamental de honrar y dar sepultura a los restos mortales de sus ancestros.

En el año 2006, muchos años después del traslado de los restos del Cacique Modesto Inacayal, a partir de las investigaciones de un grupo de estudiantes de la carrera de Antropología, se tomó conocimiento que en los depósitos del Museo de Ciencias Naturales "Florentino Ameghino" aún existían restos del Cacique Inacayal, identificados como su cuero cabelludo, el cerebro, una oreja y presumiblemente el corazón disecado del ilustre Cacique.

A partir de la decisión de las comunidades originarias de reclamar los restos no restituidos y acompañarlos con los de la esposa del Cacique y los de Margarita Foyel, fueron regresados a Tecka el 10 de diciembre de 2014, aunque soslayando la existencia de todos estos actos y gestiones realizadas 30 años atrás, cuando el Dr. Solari Yrigoyen sólo tuvo el acompañamiento de las comunidades aborígenes que consiguieron efectuar la primera restitución de restos humanos de los cientos que se encuentran inventariados en los museos del país.

   

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