ARGENTINA SE UNE A LA ALIANZA GLOBAL CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA

Argentina decidió integrar la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, un acuerdo multilateral que reúne a 80 países y fue impulsado por el presidente de Brasil, Lula da Silva, durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro. El ingreso fue condicionado a garantizar un enfoque orientado al mercado, según comunicó el gobierno argentino.

El comunicado oficial del gobierno destacó que la incorporación a la Alianza se basa en la flexibilidad del acuerdo y en la posibilidad de aplicar políticas económicas propias. “La República Argentina se compromete a luchar contra el hambre y la pobreza mediante reformas de mercado que respeten la igualdad de derechos de los individuos”, señaló el documento.

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Además, subrayó que la adhesión no implica adoptar políticas socialistas, una postura que Milei ha rechazado consistentemente. “Las políticas socialistas violan los derechos de los individuos y provocan un subdesarrollo insostenible”, enfatizó el texto.

Si bien Argentina se suma a este proyecto geopolítico, el presidente Milei marcó distancia con Lula en otros temas clave del G20, como la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente. “No estamos dispuestos a negociar una coma que permita victorias diplomáticas a Rusia o Irán”, señaló un alto funcionario.

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En este sentido, el acuerdo entre ambos mandatarios sobre la Alianza Global es una excepción en un contexto de marcadas diferencias ideológicas.

Milei mantiene su enfoque económico basado en el mercado como la vía para erradicar el hambre y la pobreza. “La distribución de la riqueza debe surgir del desarrollo económico y no de intervenciones estatales que asfixien las economías nacionales”, sostuvo en reiteradas ocasiones.

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El documento oficial también destacó que las políticas aplicadas respetarán la independencia de cada nación y se adaptarán a las realidades locales. Esto responde a la lógica del acuerdo, que no exige un enfoque único, sino que permite la implementación de una “canasta de políticas” adaptada a cada país.

La adhesión de Argentina responde también a una visión pragmática. Quedar fuera de un acuerdo multilateral de estas características habría representado un aislamiento diplomático en un momento crucial para el país.

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El ingreso a la Alianza Global no implica una aceptación general de la agenda promovida por Lula. Milei ha sido crítico de la Agenda 2030 de la ONU, calificándola como una “imposición ideológica”. Esta postura ha influido en decisiones recientes, como la remoción de Diana Mondino de la Cancillería y la redefinición de las prioridades diplomáticas.

En el G20, Milei dejó en claro que su gobierno seguirá una línea dura en temas geopolíticos sensibles. La negociación sobre la Alianza Global fue considerada “vinculada a instrumentos de gestión”, mientras que los posicionamientos sobre Ucrania e Israel se mantienen inamovibles.