VILLA MELIQUINA Y LA DISPUTA POR EL ASFALTO: ¿PROGRESO O DESORDEN?

Vecinos del pueblo cordillerano se enfrentan por la pavimentación y la llegada de energía eléctrica. Algunos la consideran clave para el crecimiento, otros creen que hay prioridades más urgentes.

Actualidad16/02/2025Sergio BustosSergio Bustos
lago meliquina
Disputa por el asfalto en el paraíso.

El anuncio de la pavimentación de la Ruta Provincial N° 63 y la instalación de energía eléctrica en Villa Meliquina desató un fuerte debate entre los vecinos. Mientras algunos celebran la obra como una llave para el desarrollo, otros la rechazan por considerar que hay necesidades más urgentes.

El conflicto comenzó cuando Paulo Poggi, vecino de la localidad, expresó su oposición a las obras. Cuestionó la decisión del gobierno provincial y afirmó que “se politiza el tema del asfalto cuando lo prioritario es resolver problemas esenciales como la recolección de residuos”.

Meliquina se encuentra a 40 kilómetros de San Martín de los Andes y no cuenta con administración municipal propia. La comunidad se autogestiona, sin servicios básicos ni infraestructura estatal, lo que complica la vida diaria de sus habitantes.

Poggi criticó la falta de planificación. Sostiene que la ruta en mejores condiciones atraerá más turistas, pero sin servicios adecuados. “Si no hay electricidad ni un sistema de cloacas, el pueblo colapsará con la llegada de más visitantes”, advirtió.

Tras sus declaraciones, Mariela Colla, emprendedora local, salió al cruce y respaldó la iniciativa. “El asfalto es la llave de entrada para ordenar y hacer crecer nuestro pueblo”, aseguró.

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Colla vive hace seis años en Meliquina junto a su familia. Tiene un emprendimiento de cabañas y destaca la importancia de mejorar la conectividad. “La obra no solo beneficiará a los turistas, sino a quienes vivimos acá todo el año”, argumentó.

El gobernador Rolando Figueroa encabezó el acto de apertura de sobres para la licitación. Diez empresas presentaron ofertas para pavimentar los 19 kilómetros que unen la villa con la Ruta Nacional N° 40.

Durante la ceremonia, Figueroa reconoció que la ruta presenta dificultades para su mantenimiento. “El tránsito es intenso y el camino se deteriora rápidamente, necesitamos una solución definitiva”, señaló.

En paralelo, avanzan los estudios para la instalación de una red de media tensión. La medida busca mejorar el suministro eléctrico en la zona y potenciar las energías renovables.

Colla remarcó que, en plena temporada turística, Meliquina recibe cinco veces más habitantes que su población estable. “Somos 600 vecinos permanentes, pero ahora hay 3.000 personas en el pueblo”, explicó.

El crecimiento exponencial del turismo genera una mayor demanda de servicios. La falta de electricidad obliga a muchos comerciantes a depender de generadores de gasoil, con altos costos de mantenimiento y contaminación.

Para Colla, la interconexión eléctrica permitirá optimizar el consumo de energías renovables. “Podremos devolver energía a la red cuando nos sobre y tomar de la red cuando la necesitemos”, afirmó.

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Poggi, por su parte, insiste en que el asfaltado traerá más problemas que soluciones si no se planifica correctamente. “Nos prometen una ruta, pero seguimos sin servicio de recolección de basura”, reclamó.

El turismo es la principal actividad económica del pueblo. Sin embargo, los emprendedores locales enfrentan dificultades por la falta de infraestructura.

Meliquina también se destaca por su industria cervecera. Varias marcas locales han recibido premios internacionales, pero necesitan mejores condiciones para operar.

El acceso a la salud es otro tema crítico. “Una ambulancia tarda hasta dos horas y media en llegar en caso de emergencia”, denunció Colla.

El transporte escolar también se ve afectado por el estado de la ruta. En invierno, muchas combis no pueden ingresar a la villa, dificultando el acceso a la educación de los niños.

Otro desafío es la calefacción. No hay red de gas natural y los vecinos dependen de garrafas, lo que encarece los costos y genera problemas logísticos.

El proyecto contempla mejoras en el abastecimiento de agua y saneamiento. Con la llegada de la electricidad, se podrían instalar redes de cloacas y optimizar el servicio hídrico.

La recolección de residuos es otro punto pendiente. Muchos creen que el asfaltado facilitará la llegada de camiones de basura y permitirá una gestión más eficiente.

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Pese a las diferencias, la mayoría de los vecinos coincide en que Meliquina está en un punto de inflexión. El desafío es encontrar un equilibrio entre crecimiento y sustentabilidad.

Desde el gobierno provincial aseguran que la obra responde a una demanda histórica. “No podíamos seguir postergando el desarrollo de este destino turístico”, afirmaron.

El debate sigue abierto. Algunos creen que el asfalto es el paso inicial para un progreso ordenado. Otros temen que la falta de planificación genere más problemas que soluciones.

Lo cierto es que Villa Meliquina enfrenta una transformación que marcará su futuro. La clave será integrar desarrollo y calidad de vida sin perder la identidad del pueblo.

   

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