BAHÍA BLANCA SE ORGANIZA TRAS LAS INUNDACIONES

Bahía Blanca vive uno de los momentos más difíciles de su historia reciente tras las intensas lluvias que provocaron graves inundaciones. En medio del caos, la comunidad se moviliza para ayudar a quienes perdieron todo. "Hoy nos toca a una ciudad, mañana le puede tocar a cualquiera", reflexionó la periodista de AM 1240 Radio Universidad bahiense, Virginia Calzada Frache, en una charla con #MODO17.

Las donaciones comenzaron a llegar desde distintos puntos de la región. "Se reciben aportes de toda la zona y se distribuyen con el apoyo de diversas organizaciones", comenta Virginia. La estación de servicio Puma en Kenneth Woodley se convirtió en un centro logístico clave para el envío de artículos de primera necesidad.

La radio cumple un papel fundamental en esta crisis. "La radio de la UTN sigue funcionando con normalidad, informando a la comunidad sobre los puntos de ayuda", explica Virginia. En un contexto donde muchas personas quedaron incomunicadas, la radio se convirtió en la única fuente de información confiable.

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Las autoridades informaron que la mayoría de las personas reportadas como desaparecidas ya fueron localizadas. "El último desaparecido fue encontrado sano y salvo, y solo dos hermanitas siguen siendo buscadas", relata la periodista. La comunidad mantiene la esperanza de que sean halladas en las próximas horas.

El impacto de la inundación se refleja en cada barrio, donde las calles aún muestran el daño causado por el agua. Sin embargo, también se percibe un espíritu de lucha y colaboración que impulsa la reconstrucción. "La ayuda sigue llegando, y los mensajes escritos por niños de otros lugares son conmovedores", comenta Virginia.

La radio, con su capacidad de conectar a las personas, se consolidó como una herramienta clave en medio del desastre. "Durante los primeros días sin energía ni celulares, la radio fue la única forma de estar informados", agrega la periodista. Su función como nexo entre la sociedad y la información es más importante que nunca.

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El daño material no solo afecta las viviendas y las calles, sino también los recuerdos de muchas familias. "Ver fotos familiares y recuerdos bajo el agua es uno de los aspectos más dolorosos", señala Virginia. A pesar de las pérdidas, algunos objetos personales lograron ser recuperados por los propios vecinos.

Los jóvenes también se sumaron al esfuerzo colectivo. "Chicos y chicas reparten comida y ayudan con las tareas más difíciles, como limpiar los barrios", asegura Virginia. La unión entre distintas generaciones demuestra la voluntad de la ciudad por salir adelante.

A pesar de la magnitud del desastre, los vecinos de Bahía Blanca no bajan los brazos. "Levantar la ciudad será un trabajo enorme, pero hay historias que se están escribiendo desde ya", dice la periodista. Cada gesto de ayuda es un paso más en el camino hacia la reconstrucción.

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La resiliencia de la ciudad se hace visible en cada esfuerzo por restaurar la normalidad. "A medida que el agua baje y el barro se seque, Bahía Blanca irá de pie", subraya Virginia. Con el esfuerzo de todos, la ciudad comienza a recuperar su identidad.

El trabajo social se extiende a la distribución de alimentos y otros bienes esenciales. "La ayuda sigue llegando de diferentes partes del país, lo que mantiene viva la esperanza", afirma Virginia. La solidaridad se convirtió en la mejor respuesta ante la tragedia.

El rol de la comunidad fue fundamental en estos días difíciles. Las redes de vecinos organizaron colectas, coordinaron rescates y apoyaron a los más afectados. Lo que comenzó como una emergencia, ahora se transforma en un movimiento de cooperación y reconstrucción.

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El gobierno municipal trabaja en la reactivación de los servicios básicos. La limpieza de calles y la restauración de la electricidad son tareas prioritarias en los barrios más afectados. Con cada avance, la ciudad da un paso más hacia la recuperación total.

El comercio también busca recuperar su ritmo tras la catástrofe. Muchos locales reabrieron sus puertas y ofrecen descuentos especiales para ayudar a quienes perdieron bienes en la inundación. La economía local necesita reactivarse rápidamente para evitar un impacto prolongado.

Por último, Virginia reflexionó sobre el significado de esta tragedia para la ciudad. "Este momento será recordado como un punto de quiebre para Bahía Blanca, pero también como una muestra de unidad", concluye. Más allá de las pérdidas, la solidaridad se convirtió en la mayor fortaleza de la comunidad.