PILAR Y DELFINA: SIGUE LA BÚSQUEDA EN EL MAR

Las hermanas Hecker están desaparecidas desde el 7 de marzo, tras el temporal que azotó Bahía Blanca. La búsqueda ahora se concentra en la ría y el frente costero.

Actualidad23/03/2025Sergio BustosSergio Bustos
hermanas Hecker
Siguen buscando a las hermanitas.

El caso mantiene en vilo a Bahía Blanca. Pilar y Delfina Hecker, de 1 y 5 años, desaparecieron hace más de dos semanas durante el temporal que golpeó la ciudad. Aún no hay rastros de las niñas.

Los investigadores sostienen una hipótesis principal. La crecida pudo arrastrarlas hasta la ría, en una zona rural del acceso a General Cerri. La Ruta 3 sur fue el último lugar donde las vieron con vida.

En las últimas horas, la búsqueda cambió de eje. Los operativos ya no se enfocan en tierra firme. La prioridad ahora es la zona marítima, que incluye la ría, canales y sectores costeros.

La reconstrucción se hizo con base científica. Un modelo matemático simuló el comportamiento del agua, con variables como topografía, clima, cuerpos en movimiento y desplazamiento de objetos, para delimitar las nuevas áreas de búsqueda.

Los resultados del modelo señalaron varias zonas. Allí se intensificaron los rastrillajes, tanto por agua como por tierra. Las tareas comenzaron de madrugada y se extendieron hasta la noche, sin descanso.

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Trabajan en conjunto Prefectura Naval, Armada Argentina y Gendarmería. Utilizan sonares de barrido lateral, buzos tácticos, drones, botes, semirrígidos y helicópteros, que sobrevuelan el frente costero de manera sistemática.

Las áreas cubren la ría de White, el Arroyo Maldonado, Villarino Viejo y la zona del puerto. También se rastrilla a pie en Puerto Rosales y Puerto Galván, con patrullajes costeros.

“Se recorre desde temprano hasta última hora, sin pausas”, informaron desde Prefectura. Los equipos llevan días enteros en el agua, con turnos rotativos y logística operativa en constante movimiento.

La fiscal Mariana Lara coordina la investigación. Confirmó que se rastrilló toda la zona donde se produjo la desaparición, sin hallazgos. “Ya no sería esperable encontrar algo ahí”, explicó.

Esa declaración modificó la estrategia. El despliegue aéreo y marítimo creció. Se sumaron recursos federales, con más personal, nuevas herramientas y tecnología específica para búsqueda bajo agua y sedimento.

Un geofísico aportó un georadar. El equipo también cuenta con cámaras sumergibles y reflectores de fondo, para revisar cada grieta y acumulación de barro. “Se mira hasta lo que no se ve”, dijeron.

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Entre 200 y 300 personas trabajan a diario en el operativo. Algunos rastrillan a pie, con perros entrenados. Otros recorren por agua. Otros revisan imágenes de drones. Nadie descansa.

En el terreno, el barro complica cada paso. Las lluvias recientes reactivaron zonas anegadas. Aun así, los equipos avanzan entre juncos, canales y esteros, con la esperanza intacta.

“Se revisó cada metro cuadrado”, dijo la fiscal. La coordinación entre organismos busca garantizar que no quede un solo rincón sin rastrillar. La prioridad sigue siendo encontrar a las niñas.

El último lugar donde estuvieron fue un camino que atraviesa la Ruta 3 sur. El agua pasaba con fuerza. La corriente pudo arrastrarlas en segundos, según estimaciones técnicas.

“Vi una moto tirada. Después, silencio y barro”, contó un vecino de Cerri. La escena quedó grabada en quienes estuvieron ahí. Nada volvió a ser igual desde ese momento.

Los padres de Pilar y Delfina siguen el operativo desde el primer día. No se despegan del lugar. Acompañan en silencio. Observan cada rastrillaje. Responden cuando la prensa pregunta. No pierden la esperanza.

La comunidad colabora con lo que puede. Algunos acercan comida. Otros ceden vehículos. Otros reparten carteles. También hubo cadenas de oración y vigilias en la plaza principal de Bahía Blanca.

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Los organismos de seguridad no descartan ninguna hipótesis. Sin embargo, la causa continúa bajo la figura de desaparición por evento climático, sin indicios de delito ni participación de terceros.

“La corriente fue muy fuerte. El agua superó todo”, expresó un rescatista. Las condiciones ese día fueron extremas. El barro aún marca las paredes de las casas cercanas.

El temporal del 7 de marzo dejó marcas profundas. Árboles caídos, autos arrastrados, techos rotos. La tormenta fue breve, pero devastadora. Pilar y Delfina desaparecieron en ese contexto.

El operativo seguirá durante el fin de semana. Se mantendrán los rastrillajes por agua y por costa. También se ampliará el análisis con nuevas simulaciones en zonas de difícil acceso.

“No nos vamos hasta encontrarlas”, dijo un integrante del equipo. La frase se repite. Se escucha en cada rincón del operativo. Es un compromiso que nadie rompe.

La ciudad entera espera una señal. Una pista. Una noticia. Algo que permita cerrar la angustia. Las niñas siguen desaparecidas. El agua sigue hablando en silencio. La búsqueda no termina.

   

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