



En un giro abrupto que intensifica el clima de tensión institucional, Manuel García Mansilla presentó este lunes su renuncia indeclinable al cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia, apenas 40 días después de haber asumido. La decisión se conoció a través de un escrito presentado al mediodía y se da en medio de un escenario político y judicial altamente conflictivo.
El académico y abogado constitucionalista había sido designado por decreto presidencial el 25 de febrero, en el marco de un intento del presidente Javier Milei de avanzar con una renovación parcial del máximo tribunal. Junto a él, también fue propuesto el juez federal Ariel Lijo, quien finalmente no asumió tras negarse a abandonar su actual función, una condición exigida por el propio tribunal.
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El último viernes, el Senado de la Nación rechazó por amplia mayoría los pliegos de ambos candidatos, generando un nuevo revés para el oficialismo.
El voto legislativo fue seguido por una medida cautelar dictada por el juez federal Alejo Ramos Padilla, quien ordenó a García Mansilla abstenerse de firmar resoluciones y actos administrativos por 90 días, mientras se analizaba la validez del decreto que lo llevó al cargo.
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Este combo de obstáculos jurídicos y políticos aceleró la salida del magistrado, que había generado resistencia en sectores de la oposición y del Poder Judicial. Con su renuncia, la Corte Suprema vuelve a quedar integrada por tres miembros: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz, reavivando el debate sobre la necesidad de completar el cuerpo con los cinco miembros que establece la ley.
Fuente: infobae, Clarín