Adicción invisible: cómo los ultraprocesados afectan la salud sin que lo notemos

Un reciente episodio del podcast Salud y Bienestar de Radio Francia Internacional reveló cómo los alimentos ultraprocesados afectan la salud a nivel global. La industria alimentaria utiliza fórmulas específicas para hacerlos más adictivos y apetecibles, sobre todo entre adolescentes. La información surge del documental emitido por la cadena franco alemana Arte, que expone el fenómeno desde múltiples enfoques científicos.

Los ultraprocesados pertenecen al nivel 4 del sistema de clasificación NOVA, creado por el nutricionista brasileño Carlos A. Monteiro. Este sistema internacional divide los alimentos según su nivel de transformación, desde los mínimamente procesados hasta los altamente manipulados. Los productos de nivel 4 contienen ingredientes imposibles de reproducir en casa.

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La científica mexicana Yanaína Chávez Ugalde, entrevistada por RFI, investiga el consumo de estos alimentos en jóvenes británicos. Los ultraprocesados suelen tener colores artificiales, saborizantes intensos y una composición diseñada para provocar consumo repetido. La investigadora remarca que su ingesta habitual genera patrones similares a una adicción.

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Una de las principales preocupaciones es el impacto en la salud metabólica y emocional de los adolescentes. A largo plazo, la exposición constante a estos alimentos puede generar sobrepeso, ansiedad, diabetes tipo 2 y alteraciones de conducta. Pese a esto, su bajo costo y alta disponibilidad los hacen predominantes en dietas urbanas.

El problema no es sólo individual, sino sistémico, ya que los entornos escolares, laborales y comerciales ofrecen mayoritariamente este tipo de productos. La solución, según Chávez Ugalde, está en la educación alimentaria y en políticas públicas que restrinjan la promoción y venta de ultraprocesados. Mientras tanto, cada persona puede revisar sus hábitos y elegir mejor.

El podcast sugiere leer siempre las etiquetas, evitar ingredientes incomprensibles y preferir alimentos del nivel 1, 2 o 3 de NOVA. Esa simple regla permite disminuir la exposición a aditivos como glutamato monosódico, colorantes y azúcares industriales. “Si no sabemos qué es lo que dice la etiqueta, probablemente no deberíamos comerlo”, advierte la experta.

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El fenómeno de la adicción alimentaria no es psicológico ni moral, sino bioquímico y diseñado por empresas. La lógica de mercado apunta a repetir la compra, no a mejorar la salud pública. Por eso, la investigación científica cobra un rol decisivo para informar a la ciudadanía.

La entrevista concluye con una invitación a la reflexión colectiva sobre el tipo de alimentos que consumimos. Cuanto menos procesado sea un alimento, más cerca estará de lo que nuestro cuerpo necesita realmente. El debate sobre los ultraprocesados recién comienza y ya está instalado en la agenda global.

Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional