


Mientras Boca Juniors define quién será el reemplazante de Fernando Gago, volvió a sonar un apellido sagrado en la historia del club. Carlos Bianchi, el entrenador más ganador del Xeneize, reapareció en la órbita de la dirigencia, aunque no para dirigir. La propuesta surgió desde el Consejo de Fútbol que encabeza Juan Román Riquelme.
El nombre del Virrey movilizó a los hinchas y generó ilusión apenas surgió el rumor. Fue el mismo que levantó tres Libertadores y una Intercontinental ante el Real Madrid. Su figura representa el tiempo más glorioso del club en la era moderna.
Sin embargo, Bianchi, a sus 76 años, no tiene intenciones de volver al banco. Reside entre Francia y Argentina, evita el frío y se dedica a su familia. Su nieto, Paul Bianchi, salió a desmentir críticas en redes sociales con un mensaje directo: “No pegues por cosas que nunca pasaron”.
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La propuesta de Riquelme apunta a otro rol simbólico para el histórico entrenador. El presidente quiere que Bianchi sea embajador honorario del club en el Mundial de Clubes. Boca jugará en Miami y Nashville frente a Benfica, Bayern Munich y Auckland City en junio.
El vínculo entre Riquelme y Bianchi va más allá del fútbol: el ex 10 lo considera un padre futbolístico. Compartieron títulos, respeto y una mirada compartida sobre el deporte. Para el actual presidente, la despedida de Bianchi no estuvo a la altura de su legado.
El último ciclo de Bianchi en Boca no tuvo buenos resultados y terminó con su salida en 2014. El equipo, aún con Riquelme en cancha, fue eliminado por Newell’s y terminó en el fondo de la tabla. Fue echado por Daniel Angelici tras una floja campaña en el Torneo de Primera.
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La idea de homenajearlo surge como una forma de reparar aquella despedida opaca. La última vez que estuvo en la Bombonera fue en 2023, cuando Riquelme se retiró como jugador. La ovación fue total y el estadio cantó: “De la mano, de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar”.
Bianchi también fue manager de Boca entre 2009 y 2010, sin éxito en ese rol. Rechazó volver a dirigir cuando renunció Alfio Basile y se alejó del cargo poco después. Desde entonces, se mantuvo alejado de los pasillos del club.
El homenaje en Estados Unidos sería una oportunidad para reconciliar su figura con la actualidad del club. Su sola presencia en Miami generaría una carga simbólica que ningún otro invitado podría ofrecer. Boca apostaría a recuperar parte de su mística histórica.
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Riquelme busca una figura que simbolice el pasado exitoso sin interferir en el presente técnico. La conducción deportiva sigue evaluando candidatos para el banco. Pero para el alma del club, la idea es clara: el nombre de Bianchi debe estar presente.
Fuente: Clarín.







