


La muerte del papa Francisco detuvo por completo el avance del proyecto de demolición del Luna Park. La iniciativa, impulsada por la productora DF Entertainment, había sido aprobada en enero por la Comisión Nacional de Monumentos, pero dependía de la autorización final del Vaticano. Tras el fallecimiento del Sumo Pontífice, todas las decisiones de los dicasterios vaticanos quedaron en suspenso.
El Luna Park es propiedad del Arzobispado de Buenos Aires y la Institución Salesiana. El plan contempla construir un nuevo estadio con mayor capacidad y altura, pero enfrenta serios cuestionamientos. El Luna Park está declarado Monumento Histórico Nacional y se encuentra en un Área de Protección Histórica, lo que hace que cualquier intervención requiera autorizaciones especiales.
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Fuentes del Arzobispado confirmaron que, por normativa vaticana, sin la aprobación de la Santa Sede no se puede avanzar. “Cada dicasterio está dirigido por un prefecto, y todos ellos renunciaron a la espera de un nuevo Papa. Por lo tanto, todo está parado”, señalaron.
Antes del fallecimiento del papa Francisco, el Vaticano ya había iniciado una auditoría legal. El objetivo es investigar por qué el Arzobispado optó por un proyecto que, según voces eclesiásticas, podría infringir la Constitución porteña, la Ley 1777 y el Código de Edificación, todos instrumentos que resguardan el patrimonio cultural de la ciudad.
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El expediente para la demolición está actualmente bajo análisis del Gobierno de la Ciudad. El proyecto quedó en pausa hasta que el Vaticano se reorganice, se elija un nuevo Papa y concluya la investigación interna. Mientras tanto, crecen las dudas sobre la viabilidad de la iniciativa.
El acuerdo de concesión fue firmado en octubre pasado por Stadium Luna Park S.A., propiedad conjunta del Arzobispado y los Salesianos. La empresa decidió ceder la explotación del estadio a DF Entertainment, del empresario Diego Finkelstein, por 20 años prorrogables, en alianza con la multinacional Live Nation. La inversión estimada para la obra ronda los USD 34 millones.
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La aprobación exprés del proyecto por la Comisión Nacional de Monumentos generó controversia. El trámite fue resuelto durante el receso de verano y contó con el voto clave de Juan Vacas, vinculado políticamente al jefe de Gobierno porteño Jorge Macri.
El Luna Park sigue siendo uno de los recintos más activos del país. En 2023 albergó casi 100 espectáculos, lo que cuestiona la narrativa oficial que justifica la demolición por falta de viabilidad. Para muchos, el proyecto prioriza intereses comerciales por sobre la preservación patrimonial.
Fuente: N A







