


La población de elefantes marinos en Península Valdés atraviesa una crisis histórica tras la epidemia de gripe aviar H5N1 ocurrida en 2023. Los científicos advierten que los impactos sobre las colonias reproductivas son devastadores. Las consecuencias se sienten en toda la estructura social de la especie.
Según el estudio del CONICET-CENPAT se necesitarían hasta cien años para volver a las cifras previas a la epidemia. En 2022, la población contaba con unas 18.000 hembras reproductivas. Sin embargo, los conteos realizados en 2024 revelaron una caída del 67 %, confirmando los peores pronósticos.
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La enfermedad no solo provocó la muerte de crías, sino también de adultos reproductores. Esto afecta directamente la dinámica reproductiva y las posibilidades de recuperación de las colonias. Los científicos advierten que sin intervención, el camino hacia la extinción podría acelerarse.
El cambio climático se suma como factor de riesgo para esta especie icónica de la Patagonia. El aumento de la temperatura y las alteraciones en los ecosistemas marinos generan nuevos desafíos. Las futuras epidemias podrían tener efectos aún más severos.
El estudio subraya que la pérdida de hembras reproductivas es especialmente crítica. Ellas son el núcleo del sistema social y reproductivo de los elefantes marinos. Sin su presencia, las colonias pierden estabilidad y capacidad de repoblamiento.
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Los investigadores destacan la necesidad urgente de reforzar las medidas de conservación. Proponen monitoreos constantes, planes de manejo específicos y acciones coordinadas a nivel local e internacional. La colaboración entre gobiernos y organizaciones es clave.
Península Valdés es un sitio de importancia global para la biodiversidad marina. Allí se concentran especies emblemáticas como ballenas, lobos marinos y elefantes marinos. La región es Patrimonio Mundial y área protegida, pero enfrenta amenazas crecientes.
La gripe aviar H5N1 mostró cómo una enfermedad puede alterar en poco tiempo décadas de equilibrio. El virus, que afectó a aves y mamíferos marinos, generó una mortalidad masiva sin precedentes. Los científicos aún estudian los efectos a largo plazo.
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El impacto económico y social de esta crisis también preocupa. El turismo de naturaleza es una de las principales actividades de la región. La pérdida de biodiversidad pone en riesgo empleos y comunidades locales.
Las autoridades ambientales evalúan medidas de mitigación. El desafío es equilibrar la conservación con las actividades humanas en la zona. Se necesita una planificación basada en ciencia y participación comunitaria.







