A siete meses del derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell, la causa sigue estancada

A casi siete meses del trágico derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell, que costó la vida de ocho personas, la causa judicial sigue sin avances significativos. Pese a la gravedad del hecho, hasta el momento no hay detenidos, solo imputados que permanecen en libertad bajo ciertas restricciones. El dolor de los familiares y el pedido de justicia se mantiene vivo, mientras los escombros siguen visibles y el lugar continúa tapiado.

El hecho ocurrió a fines de octubre del año pasado, cuando la estructura del reconocido hotel colapsó, provocando la muerte de ocho personas: María Rosa Stefanic (ex dueña del complejo), Nahuel Stefanica, Dana Desimone, Javier Fabián Gutiérrez, Juan Ezequiel Matu, Matías Chaspman, Mariano Troiano, Federico Ciochini y María Josefa Bonazza. La tragedia marcó un antes y un después en la ciudad balnearia.

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Actualmente, los únicos avances en la causa son las imputaciones a dos capataces, dos albañiles, el arquitecto de la obra y el contratista a cargo, todos procesados por el delito de estrago doloso agravado. Sin embargo, ninguno se encuentra detenido, y todos continúan en libertad, aunque deben presentarse periódicamente ante la Justicia y tienen prohibido salir del país. La medida genera indignación entre los allegados a las víctimas.

Un punto crítico en la causa es la falta de definiciones técnicas: todavía no se conocieron los resultados concluyentes de las pericias que deberían indicar por qué se derrumbó el hotel. Esto mantiene en vilo a los familiares, quienes además denuncian falta de contención institucional y escaso avance judicial. “Es todo muy raro, taparon todo. Los familiares están desesperados”, expresó un vecino.

Otro aspecto que ha generado malestar es la actitud de la fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la investigación. Según denunciaron los familiares, la fiscal nunca los recibió en audiencia ni brindó explicaciones oficiales sobre el estado de la causa. Esta situación refuerza la sensación de impunidad y falta de empatía con quienes perdieron a sus seres queridos.

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En el lugar del derrumbe, ubicado en la céntrica esquina de Avenida Buenos Aires y calle 1, solo queda una estructura precaria rodeada por un muro metálico negro. Allí, familiares y vecinos colocan carteles con pedidos de justicia, que se han vuelto parte del paisaje urbano. La imagen de abandono del sitio contrasta con la gravedad de lo ocurrido.

El hotel, uno de los más conocidos de la zona, contaba con una amplia oferta de servicios: dos cocheras privadas, piscina, más de 600 metros de parque, departamentos para grupos y un buffet para desayunos. Su colapso no solo generó una tragedia humana, sino que evidenció fallas profundas en los controles edilicios.

El temor de los vecinos persiste. En los últimos días, se supo que un edificio municipal ubicado sobre la avenida 3 entre paseos 135 y 136 fue evacuado por riesgo de derrumbe. Dos dependencias estatales funcionaban en ese edificio, que ahora permanece clausurado. El episodio refuerza la preocupación sobre la falta de inspecciones en otras estructuras cercanas.

Fuente: N A