Nuevo centro de día EDDIM
A 30 años de haber iniciado un camino en defensa de los derechos y la inclusión de personas con discapacidad, Nélida Taira celebrará su recorrido con la inauguración de la nueva sede del Centro de Día EDDIM, en un acto abierto a la comunidad que se realizará el próximo lunes 19 a las 10:30.
“Estoy sumamente contenta con esta etapa que nos toca”, expresó emocionada en la previa de un acontecimiento que, además, incluirá la apertura de un espacio cultural argentino-japonés, con un jardín tradicional, un Tori y una grulla Suru como símbolos de espiritualidad y perseverancia.
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El sueño de EDDIM nació desde “el lugar más feo del hospital”, recordó Taira. Con una mezcla de esfuerzo, amor y convicción, la iniciativa logró crecer y consolidarse como un modelo de atención integral.
“Desde que los chicos eran chiquitos y tenían un montón de invalideces, hemos progresado. Hoy son grandes, con posibilidad de socialización y comunicación con otros”, remarcó. A lo largo de estos años, los logros fueron múltiples, pero el camino no estuvo exento de obstáculos.
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“Costó mucho, quedó mucha gente en el camino”, reconoció. Sin embargo, los resultados hablan por sí solos: “Hoy mi hija camina, los chicos trabajan, hacen gimnasia y pudimos demostrar que sí podían”.
Taira, odontóloga especializada en medicina oral, subrayó que la propuesta de EDDIM siempre estuvo basada en fundamentos científicos, culturales y de experiencia de vida. “Pusimos mucho de la neuroplasticidad al servicio de esto”, detalló, en alusión a los enfoques terapéuticos aplicados desde la rehabilitación.
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Además, valoró la incorporación de profesionales y el aporte de futuras generaciones: “Formamos motricistas que hacen prácticas en el centro”. Sin embargo, admitió que “faltó mayor equipo, mayor profesionalismo”, al analizar críticamente el recorrido institucional.
La impronta japonesa también tuvo un papel clave. Taira explicó que mucho de lo que implementó en EDDIM se nutrió de valores ancestrales: “Queremos que cada acción tenga ese mirar para dentro y ese respeto hacia el otro”. Esa filosofía se verá reflejada en el diseño del nuevo espacio cultural.
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Al evaluar el proceso que permitió transformar el entorno de sus hijos y de otros chicos con discapacidad, Nélida resumió: “Mucho amor, el resultado tenía que ser algo bueno”. Pero no dejó de lado el rol del conocimiento: “Ahora hay que ponerle más ciencia a esta historia”.
La nueva sede de EDDIM no solo simboliza el fruto de 30 años de trabajo y lucha, sino también una nueva etapa para seguir creciendo. “La casa es un regalo de Dios”, expresó Taira, quien reafirmó que la socialización y la comunicación son logros enormes que no deben minimizarse.
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