


Ocurrió en Deán Funes, una ciudad de más de 25 mil habitantes al norte de Córdoba, donde se produjo la difusión de un video que expone al sacerdote Sergio Marcelo Romero en una situación escandalosa: le ofreció sexo oral a un camionero, de manera directa y explícita. El hecho ocurrió en una ruta cercana a la ciudad y fue filmado desde el interior del camión.


“¿Querés que te chupe la...?”, se escucha decirle el sacerdote al conductor. Ante la negativa tajante, se retira corriendo hacia una camioneta estacionada con balizas.
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El video, que dura poco más de un minuto, se viralizó rápidamente en redes sociales y grupos de WhatsApp. En él, mientras suena de fondo una canción de Sandro, puede verse a Romero abrir la puerta del camión, realizar la propuesta y marcharse sin más. La escena fue grabada de forma evidente, con el rostro del sacerdote bien visible y sin resistencia al registro.
Sergio Romero no es un religioso más. Lleva casi treinta años como sacerdote, se desempeñaba como párroco en la Catedral Nuestra Señora del Carmen, e integraba el Colegio de Consultores, el Consejo Presbiteral y era vicepresidente de Cáritas diocesana. Tras la difusión del video, fue suspendido de inmediato de todas sus funciones y se inició una investigación interna por violación del Código Canónico.
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“Habiendo tomado conocimiento de un comportamiento inapropiado a la dignidad sacerdotal por parte del Presbítero Sergio Romero (…) he resuelto iniciar una investigación”, informó en una nota interna el obispo prelado Enrique Eguía.
Además, el Instituto Presbítero Sagrado Corazón, donde Romero prestaba tareas pastorales y educativas, decidió apartarlo preventivamente, aunque aclaró que “el hecho no ocurrió en el ámbito escolar”. Desde esa institución religiosa manifestaron “tristeza y confusión”, y pidieron “prudencia y respeto”.
Frente al escándalo, el sacerdote se expresó brevemente en redes sociales: “Me mantengo fortalecido en mis oraciones”.









