Aumenta la presencia de ropa importada en Argentina y cae la producción nacional
Actualidad24/05/2025
REDACCIÓN
Ropa de invierno
El mercado de indumentaria en Argentina atraviesa un cambio acelerado: la ropa importada se consolida en las vidrieras, mientras la producción nacional se retrae con fuerza. Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre enero y abril ingresaron al país 63,6 millones de prendas terminadas por un valor total de 211 millones de dólares. Esto representa un crecimiento del 185% en cantidad y del 74% en dólares en comparación con el mismo período del año anterior.
La CIAI estima que actualmente entre un 20% y un 25% de las prendas que se comercializan en el canal formal provienen del exterior. En paralelo, la producción nacional se desplomó un 45%, reflejando el fuerte retroceso del entramado productivo local frente a la competencia externa.
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El crecimiento de las importaciones está directamente relacionado con varias decisiones de política económica. La reciente baja de aranceles –que en abril volvieron a los niveles anteriores a 2007– generó una apertura comercial que favorece la entrada de productos terminados. Las alícuotas bajaron del 35% al 20% en ropa y calzado, del 26% al 18% en telas, y hasta un 12% en algunos hilados.
China es el principal origen de las prendas importadas, con un 55,5% del total. El país asiático incrementó sus envíos en un 229% en volumen y 102% en valor. Le siguen Vietnam, Camboya, Bangladesh y Pakistán, todos con fuertes subas de tres cifras tanto en kilos como en dólares.
La fundación ProTejer, que agrupa a fabricantes textiles, alerta que un 67% de las prendas consumidas hoy tienen algún componente importado, contra un 50% histórico. Además, destaca el caso de los tejidos de punto, cuya importación superó las 30.000 toneladas en el primer trimestre, el mayor volumen registrado en más de una década, con un crecimiento del 155% respecto al mismo período de 2024.
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Desde ProTejer atribuyen esta situación a una "desregulación comercial acelerada", agravada por el exceso de stock textil en Asia como consecuencia de la baja demanda global. “Ese excedente se canaliza hacia países con menores barreras, como Argentina, que en los últimos meses ha desmontado herramientas clave de administración del comercio exterior”, señalan.
También advierten que la apreciación del peso –tras la devaluación de diciembre de 2023, el tipo de cambio multilateral se apreció un 38%– abarata los productos importados y profundiza la brecha con la industria nacional, que enfrenta costos crecientes en dólares. A esto se suma la falta de avances en reformas impositivas prometidas por el gobierno, lo que refuerza la vulnerabilidad del sector.
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Para los industriales, la baja de aranceles "beneficia la importación pero perjudica todos los eslabones productivos", desde los productores de fibras hasta los confeccionistas. “Se está generando un incentivo artificial a la importación, sin dar competitividad real al producto argentino”, concluyen desde el sector.
Fuente: Clarín, NA, iprofesional
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