

Economía argentina: señales de estabilización fiscal, pero sin repunte claro del consumo
Actualidad23/05/2025

A pesar de que los indicadores macroeconómicos comienzan a mostrar cierta estabilización en términos nominales, los datos relevados por el monitoreo de abril 2025 advierten que la recuperación del consumo y de la producción interna aún es débil e irregular, con caída de la actividad en varios rubros y un deterioro del frente externo.


Entre los principales puntos del informe elaborado a partir de indicadores sectoriales y tendencias del consumo, se destacan la continuidad de la caída en ventas minoristas, el bajo dinamismo en el uso de servicios públicos y una mayor presión sobre el mercado laboral, todo en un contexto de inflación desacelerada y ajuste fiscal sostenido.
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Menor inflación y superávit fiscal: ¿una base para estabilizar?
Durante marzo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcó una suba del 3,7% mensual, lo que representa una fuerte baja interanual en el ritmo inflacionario. Este dato, junto con el desempeño fiscal positivo, permite al Gobierno exhibir cierta consistencia en su estrategia de contención de gastos. De hecho, el superávit primario del último mes mostró un crecimiento del 287% mensual, mientras que la recaudación por IVA trepó un 87,2% interanual, apuntalando las cuentas públicas.
No obstante, esta estabilización macroeconómica aún no se traduce en una mejora sostenida de la actividad económica real.
El consumo no repunta y los servicios energéticos siguen en caída
El consumo de productos básicos permanece estancado. Las ventas en supermercados en enero (último mes con datos procesados) cayeron un 17,7% respecto al mes anterior, y las ventas en mayoristas retrocedieron 10,5% en términos reales. Rubros esenciales como alimentos y bebidas mostraron bajas significativas.
Los servicios públicos también registraron descensos generalizados. El uso de gas residencial bajó 22,7%, nafta súper cayó 9,4% y el consumo eléctrico en hogares retrocedió 8,8%. Además, el transporte público presentó una caída del 0,67%, mostrando menor circulación de personas.
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La industria se desacelera y la construcción cae
La producción industrial mostró una leve suba interanual del 5,6%, pero sufrió una baja mensual del 1,17%. En contraste, el sector automotor creció con fuerza: las ventas de autos aumentaron 216,9%, las de motos un 24%, y los patentamientos subieron un 86,9% interanual, apuntalados por cambios en el régimen cambiario.
Sin embargo, la actividad de la construcción se retrajo con fuerza, con una caída mensual del 49,6% en las superficies autorizadas a construir, anticipando una parálisis en el sector de obras privadas.
El empleo formal se estanca y la desocupación crece
La tasa de desocupación subió al 6,4% y la subocupación alcanzó el 11,2%, mientras que el empleo registrado creció un 1,1% interanual. El repunte se dio principalmente en el sector industrial (+12,6%), pero fue contrarrestado por caídas en construcción (-8,7%) y servicios (-0,4%). La masa salarial real mostró una mejora leve del 1,7% interanual, sin revertir el deterioro de los últimos años.
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Comercio exterior en rojo y tensiones en la balanza
El frente externo volvió a generar preocupación: si bien las exportaciones crecieron un 15,1% interanual, las importaciones aumentaron un 31,2%, deteriorando el saldo comercial en un 83,8%. Esta tendencia pone presión sobre las reservas del Banco Central y plantea un desafío en términos de sostenibilidad macroeconómica.
Heterogeneidad en el consumo minorista
Las ventas minoristas de pymes crecieron 10,5% interanual, pero con fuertes disparidades entre sectores. Mientras que perfumería (+23,6%), farmacias (+16,8%) y calzado (+12,4%) registraron alzas, el rubro de alimentos y bebidas cayó un 0,3%, reflejando una tendencia de consumo selectivo y concentrado en productos de menor necesidad.
Con datos de: Claves









