Zverev y Fritz definen Stuttgart en una final que enciende la temporada de césped

Stuttgart escribió hoy sus dos últimos nombres en el cuadro principal y la final promete tensión desde el primer punto. Alexander Zverev selló su boleto tras un pulso épico con Ben Shelton, resuelto en dos tie-breaks que exigieron al máximo su servicio y su temple ante el público local. El vigente campeón del ATP 500 de Múnich quiere trasladar su dominio en polvo a una superficie que todavía le niega trofeos. Este domingo tendrá la oportunidad de tachar esa cuenta pendiente y ampliar su palmarés sobre césped, quizás la superficie que más interrogantes despierta en su currículum.

En la vereda opuesta estará Taylor Fritz, que despachó a Felix Auger-Aliassime 6-4, 7-6(5) con una autoridad digna de los primeros días de su carrera. El californiano no levantó títulos en lo que va del año, pero su progresión en Stuttgart lo impulsa hasta el cuarto escalón del ranking. Manejó el partido con un servicio abrasador –no concedió pelotas de quiebre– y recuperó la confianza que tanto extrañaba desde febrero.

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Más allá de la estadística personal, el choque adquiere matiz estratégico para ambos. Zverev necesita demostrar que su potencia puede adaptarse a las superficies rápidas sin perder solidez desde el fondo, mientras Fritz busca afianzarse como uno de los sacadores más fiables del circuito y darle continuidad a su tenis agresivo. El césped exige acortar puntos, volear con precisión y elegir con frialdad el momento de atacar: virtudes que los dos finalistas exhiben en dosis dispares, pero suficientes para sostener un espectáculo de alto nivel.

Sus caminos hasta la final hablan por sí solos. Zverev soportó la presión de dos desempates ante un Shelton explosivo, convirtiendo puntos críticos a base de primeros saques y devoluciones profundas. El alemán cerró la jornada con un 86 % de puntos ganados con su primer servicio y apenas ocho errores no forzados, cifras que explican por qué llega como favorito local. Fritz, en cambio, sustentó su victoria en la agresividad del primer golpe y en la frialdad para ejecutar la volea corta cuando Auger-Aliassime amagaba con recuperar terreno.

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Mientras la hierba de Stuttgart se prepara para su clausura dominical, el circuito también mira de reojo lo que sucede en el ATP 250 de Hertogenbosch. Allí, el francés Ugo Humbert enfrenta a Gabriel Diallo y Reilly Opelka se mide con el belga Zizou Bergs, sorpresas incluidas tras la caída temprana de Daniil Medvedev. Los resultados en Países Bajos pueden reordenar cabezas de serie rumbo a Wimbledon, pero los focos estarán fijados a primera hora en Alemania.

La final de mañana no solo reparte 250 puntos y un impulso anímico, sino que brinda lecturas sobre el estado de forma de dos candidatos a hacer ruido en el All England. Zverev quiere sacarse la espina y coronarse ante su gente; Fritz quiere estrenar la vitrina 2025 con un trofeo que legitime su salto al Top 4. El césped, imprevisible y veloz, será juez y testigo.