
Una medida económica beneficia a consumidores y pequeños comerciantes
Actualidad17/06/2025

Una nueva normativa cambia el régimen de percepción del IVA en alimentos. La resolución comenzará a regir el 1° de julio de 2025. El impacto será directo en supermercados, hipermercados y pequeños comercios del país.

La Agencia de Recaudación y Control Aduanero publicó la Resolución 5710. El texto apareció en el Boletín Oficial. La medida establece nuevos criterios para aplicar la percepción del IVA.
El cambio alcanza todas las compras por debajo de los 10 millones. “No enfrentarán un recargo adicional por percepción del IVA”, señala la resolución. Esto representa un alivio para consumidores y comerciantes.
La percepción del IVA agregaba entre un 5,25% y un 10,5%. Antes, los supermercados debían determinar la condición del comprador. Esto generaba dudas, conflictos y maniobras para evitar el recargo.
La nueva regla elimina interpretaciones y establece un criterio objetivo. Si el monto no supera los 10 millones, no se aplica percepción. No importa la cantidad ni el tipo de productos adquiridos.
La medida alcanza cuatro actividades comerciales específicas. Se incluyen supermercados mayoristas, hipermercados, supermercados minoristas y autoservicios que vendan alimentos frescos. Todos deberán cumplir el mismo criterio.
El comprador ya no tendrá que justificar su condición fiscal. Si la operación no supera los 10 millones, no hay recargo, sin necesidad de declarar nada. Solo cuenta el monto final.
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Esta modificación simplifica la tarea de los comercios. Elimina trámites y reduce errores. También evita discusiones con los clientes en las cajas.
La percepción del IVA fue foco de quejas y confusión. Muchos compradores dividían sus compras en tickets para evitar el tope. Otros se negaban a pagar el recargo, generando malestar.
Ahora, el monto de la operación define el tratamiento impositivo. No se analizará la condición del comprador ni el tipo de productos. Todo será más rápido y previsible.
Pequeños comercios se verán beneficiados por esta simplificación. Ganarán agilidad en ventas. También mejorarán su relación con clientes habituales.
La medida busca modernizar y ordenar el sistema tributario. También alienta la formalización de ventas. El Estado apunta a reducir evasión con reglas claras.
Se elimina la necesidad de evaluar caso por caso. Los sistemas informáticos podrán aplicar la regla automáticamente. No habrá dudas ni ambigüedad en el punto de venta.
El nuevo régimen también se articula con otras actualizaciones. Recientemente, se elevó a 10 millones el tope para identificar consumidores finales. Ambas normas ahora coinciden.
La percepción seguirá aplicándose en operaciones mayores. También en compras que no cumplan los requisitos de consumidor final. Allí regirán alícuotas según el tipo de bien o servicio.
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Los montos mayores seguirán bajo la Resolución General 2126. Esta norma establece un 10,5% para bienes comunes. Y un 13,5% para servicios como luz o gas.
Las compras de más de 10 millones mantendrán la percepción. También aquellas donde no se pueda comprobar la condición fiscal. Pero estos casos serán menores.
La decisión busca también blanquear flujos no bancarizados. El Gobierno apunta a incentivar el uso del efectivo en comercios chicos. También quiere reducir la informalidad.
Consumidores que compren alimentos en supermercados pagarán menos. El ahorro será directo. Ya no habrá cargos sorpresivos por percepciones.
La resolución mejora la transparencia en los precios. Los clientes sabrán con certeza cuánto deben pagar. El precio de góndola será el mismo en la caja.
Los comerciantes ganan previsibilidad y eficiencia operativa. Ya no deberán interpretar situaciones fiscales. Podrán concentrarse en vender y atender mejor.
La norma contribuye a mejorar la experiencia del cliente. Reducir conflictos mejora la imagen del comercio. También agiliza las filas y reduce tiempos de espera.
Los sectores informales ven una mejora en su competitividad. La percepción perjudicaba a comerciantes chicos. Ahora podrán ofrecer precios más accesibles.
La normativa elimina incentivos para fraccionar tickets. Esa práctica era común para evitar superar los montos. Ahora deja de tener sentido.
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Las grandes cadenas deberán aplicar la nueva regla. También los autoservicios y minimercados con venta de alimentos. Nadie podrá ignorar la normativa.
El Gobierno espera una mayor formalización. Comercios chicos podrán facturar sin desventajas tributarias. Esto mejora su vínculo con los clientes y con el Estado.
Las fiscalizaciones podrán enfocarse en operaciones verdaderamente relevantes. El criterio de monto reduce la carga sobre ventas pequeñas. La AFIP podrá trabajar con datos más útiles.
La nueva norma refleja un cambio de enfoque. El control deja de ser minucioso para cada operación. Ahora se basa en criterios generales y montos objetivos.
La percepción ya no será un castigo para el consumidor final. Eso marca una diferencia en tiempos de inflación. Cada peso cuenta, y esta medida busca cuidar el bolsillo.
Desde el 1° de julio, los consumidores pagarán lo que ven. Sin sorpresas. Sin recargos ocultos. Y con mayor confianza en el comercio formal.








