



Paul McCartney cumple 83 años y todavía llena estadios como si estuviera en la cima de los sesenta. El músico británico, ícono indiscutido de la historia del rock, mantiene intacta la energía que lo convirtió en una figura universal. Su vida está atravesada por canciones que ya no le pertenecen: son patrimonio emocional de varias generaciones.


Desde los días en los que compartía escenario con John Lennon, George Harrison y Ringo Starr, supo construir una obra que transformó la música popular. The Beatles no solo cambiaron la historia: crearon un nuevo lenguaje, y Paul fue uno de sus arquitectos principales. Temas como Yesterday, Hey Jude o Let It Be continúan sonando en radios, conciertos y playlists de todo el mundo, atravesando décadas sin perder sentido.
OTRAS NOTICIAS:
Cuando los Beatles se separaron en 1970, muchos esperaban que la magia se disolviera. Pero McCartney sorprendió. Formó Wings, se lanzó como solista y dejó en claro que no tenía intención de frenar. Piezas como Maybe I’m Amazed, Live and Let Die, Band on the Run o Another Day confirmaron que su capacidad para conmover seguía intacta. La guitarra, el piano y su voz siguieron siendo herramientas para emocionar, sin fórmulas repetidas ni nostalgia vacía.
En su última visita a Argentina, en 2024, volvió a demostrar que no se trata solo de historia: sigue siendo presente. Tocó en el estadio Monumental ante más de 70.000 personas, y luego en Córdoba, donde el Mario Alberto Kempes también se colmó. El repertorio incluyó joyas de todas las etapas, entre relatos personales y una entrega que no afloja con el paso del tiempo.
OTRAS NOTICIAS:
“Lo que hago es conectar, emocionar y celebrar con ustedes”, dijo alguna vez, y esa frase se transforma en manifiesto cada vez que sube a un escenario. A los 83 años, no muestra signos de agotamiento. Al contrario, su vigencia asombra en un mundo que se mueve rápido y olvida fácil. Él se mantiene con los pies en la tierra y la mirada en la música.
A esta altura, su figura ya no necesita presentación. Pero lo más llamativo no es lo que representa, sino lo que todavía logra. Cada show de McCartney es un puente entre el pasado y el presente, donde las canciones no suenan a recuerdo sino a celebración viva.
OTRAS NOTICIAS:
En un panorama donde muchas leyendas descansan en sus laureles, Paul sigue adelante. No por inercia ni por compromiso, sino porque aún tiene algo para decir. Y, por suerte, todavía tiene a quién decírselo.
Fuente: ADN+









