Robó un auto en Viedma, pidió disculpas por Instagram y lo escracharon públicamente

Policiales19/06/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
WhatsApp
Robó un auto en Viedma, pidió disculpas por Instagram y dijo no recordar nada. La víctima lo escrachó en redes.

Una historia tan insólita como inquietante sacudió las redes en Viedma en los últimos días. Una joven denunció el robo de su auto, pero días después recibió un mensaje inesperado en Instagram. “Te tengo que pedir disculpas enormes”, arrancaba el texto, firmado por un desconocido que se atribuía el hecho y ofrecía una versión que mezclaba confesión, confusión y arrepentimiento.

El episodio ocurrió entre el 14 y el 15 de junio, cuando la víctima —una madre joven— detectó que su vehículo había desaparecido. La sorpresa llegó días más tarde, cuando un muchacho la contactó por redes asegurando que había despertado dentro del auto tras una noche de excesos, sin recordar cómo había llegado ahí. Según relató, como tenía las llaves, decidió llevárselo “para entender qué había pasado”. Luego, dijo haber investigado la identidad de la dueña y prometió reparar los daños.


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Durante las primeras horas, el diálogo fluyó por WhatsApp. El joven incluso llevó el auto a un taller, donde arregló problemas menores en luces y la palanca de cambios. Pero el tono cambió cuando la dueña comenzó a reclamar otros gastos derivados, como traslados en taxi y el reemplazo de focos. Fue entonces cuando la comunicación se cortó y el aparente arrepentido dejó de contestar.

Mensaje

Ante la falta de respuesta, la víctima decidió hacer público el caso a través de un escrache. Mientras tanto, el joven difundió su versión en redes sociales, reconociendo haber tomado el vehículo sin permiso, pero negando haber actuado como un delincuente. Aseguró que “hizo todo lo posible” por reparar el daño y que nunca intentó ocultarse.


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Pero la narrativa del “arrepentido digital” chocó con mensajes que circularon en grupos locales, donde el propio autor habría comentado el hecho con ironía y liviandad. La joven, por su parte, expresó miedo, angustia e impotencia y señaló que su intención al denunciar es marcar un límite, más allá de una condena inmediata. “El auto fue tomado sin permiso. Eso no es una broma. Es un delito”, afirmó.

Hasta el momento no hay medidas judiciales ni imputación formal, pero el caso reabre el debate sobre el rol de las redes sociales en hechos delictivos, la validez de las confesiones digitales y el contraste entre la percepción social y la gravedad legal. En una época donde lo público y lo privado se cruzan en un clic, este episodio expone cómo las plataformas pueden ser espacio de reparación o de revictimización.

Fuente: NoticiasNet

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