Tragedia en Brasil: un globo aerostático se incendió y murieron ocho turistas

Una tragedia conmocionó este fin de semana al sur de Brasil: un globo aerostático con 21 personas a bordo se incendió y cayó en la zona de Praia Grande, estado de Santa Catarina. Ocho personas murieron y trece resultaron heridas. Las víctimas sobrevivientes fueron trasladadas de urgencia a distintos hospitales de la región.

“Estamos de luto. Ha ocurrido una tragedia”, expresó el gobernador Jorginho Mello en un mensaje difundido por redes sociales. El mandatario pidió asistencia inmediata para los afectados y sus familias, mientras equipos de rescate y forenses trabajaban en el lugar del siniestro.

Las imágenes del globo en llamas cayendo al suelo circularon rápidamente en redes sociales. En ellas se ve una columna de humo negro ascendiendo desde el globo incendiado hasta que finalmente se precipita, en medio del pánico general.

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El accidente ocurrió durante una actividad turística habitual en la zona: los vuelos en globo son una propuesta tradicional en las festividades de junio, cuando miles de turistas llegan al sur de Brasil para celebrar fechas como San Juan. Praia Grande, en particular, se volvió un centro de esta experiencia aérea.

No es el primer episodio trágico vinculado a globos en Brasil. El domingo anterior, en Boituva (São Paulo), una mujer de 27 años murió y otras once personas resultaron heridas tras la caída de otro globo.

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Los antecedentes recientes en otras partes del mundo refuerzan la preocupación por la seguridad de esta práctica: en 2023, dos personas fallecieron cerca de Ciudad de México; en 2021, cinco murieron en Albuquerque, Estados Unidos, al chocar contra un tendido eléctrico. También se registraron muertes en Arizona y Melbourne.

La Justicia brasileña ahora deberá determinar las causas del siniestro. La empresa responsable del vuelo aún no brindó declaraciones oficiales. Mientras tanto, familiares y sobrevivientes comienzan a transitar las secuelas de una jornada que prometía aventura y terminó en dolor.

Fuente: El País