


León XIV cambió de rumbo y sorprendió a todos con una decisión inesperada: eligió el palacio papal de Castel Gandolfo para descansar. Aunque siempre rechazó la idea de usar esa residencia, esta vez optó por abandonar por unos días su hogar en Santa Marta. El histórico edificio se encuentra al sur de Roma, sobre un volcán dormido, y ofrece una vista imponente al lago Albano.

El pueblo de Castel Gandolfo, con apenas 8.000 habitantes, recibió con entusiasmo la noticia. Además del valor simbólico, la visita del Papa genera un fuerte impulso turístico en la región. El Vaticano confirmó que León XIV también planea otro receso más adelante, dentro del propio palacio apostólico del Vaticano.
La historia del palacio papal está marcada por momentos intensos. Allí murieron Pío XII y Pablo VI. También dio refugio durante la Segunda Guerra Mundial y fue un lugar de descanso clave para Juan Pablo II. Desde ese balcón, Benedicto XVI se despidió del mundo tras su histórica renuncia.
Por dentro, el edificio deslumbra: jardines amplios, palacetes, piscina y dos observatorios astronómicos lo convierten en una joya única bajo jurisdicción de la Santa Sede.
Durante siglos, los papas recurrieron a ese sitio para encontrar paz. León XIV rompió con su propia tradición y reabrió una puerta que parecía cerrada. Un gesto simple, pero que no pasa desapercibido.
Fuente: Newsweek









