El salario mínimo argentino es el tercero más bajo de Sudamérica en dólares

En medio de una economía que acumula devaluaciones, inflación persistente y paritarias rezagadas, el salario mínimo en Argentina quedó muy por debajo del promedio regional medido en dólares. Según un relevamiento de El Cronista basado en datos oficiales de cada país, la remuneración mínima nacional equivale hoy a 249,25 dólares, apenas por encima de los niveles de Bolivia si se toma la cotización paralela, y de Venezuela, que permanece en el fondo del ranking con un ingreso simbólico de 1,1 dólar.

La comparación dolarizada pone en evidencia el deterioro del poder adquisitivo argentino en relación con el resto de Sudamérica. Uruguay lidera el ranking con 590,1 dólares mensuales, seguido por Chile con 558 dólares. En el tercer lugar aparece Ecuador con un salario mínimo de 470 dólares, que mantiene su economía dolarizada desde hace más de dos décadas.

Bolivia, si se toma su tipo de cambio oficial, ofrece una remuneración mínima de 392 dólares, quedando en el cuarto puesto. Le siguen Paraguay con 362,3 dólares, Colombia con 354,2 y Perú con 318,4, todos con ingresos básicos notablemente más altos que los de Argentina. Incluso Brasil, con un salario mínimo de 277 dólares, se ubica un escalón por encima.

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En el noveno lugar aparece Argentina, con los mencionados 249,25 dólares al tipo de cambio oficial. Pero si se considera el valor real del dólar en la calle, el ingreso cae aún más y la situación se agrava. Bolivia, tomando la cotización paralela, baja a 183,3 dólares y queda décimo en la lista. En el último lugar está Venezuela, con un mínimo congelado en 130 bolívares desde 2022, que hoy equivale a apenas 1,1 dólar mensual.

“Hoy un salario mínimo en Argentina alcanza para cubrir muy poco del gasto mensual de una familia, y en dólares, la brecha con otros países es alarmante”, sintetizó un informe privado que analiza el impacto de la inflación y el tipo de cambio sobre los ingresos básicos. La remuneración mínima vital y móvil (SMVM) fue actualizada por el Consejo del Salario a $317.800 brutos desde julio, pero su equivalencia internacional sigue siendo baja incluso con dólar oficial.

La pérdida de valor del salario mínimo argentino se explica en parte por la fuerte devaluación de diciembre de 2023 y la posterior suba del dólar oficial. A pesar de los incrementos nominales aplicados por el Gobierno, la inflación en alimentos, alquileres y servicios sigue erosionando el ingreso mínimo. La diferencia con Uruguay o Chile, donde la moneda local tiene mayor estabilidad, es cada vez más notoria.

El impacto de este atraso salarial se refleja en los niveles de pobreza y empleo informal. Más del 45% de la población activa cobra por debajo del salario mínimo o se desempeña en tareas no registradas, según datos del INDEC. En ese contexto, la referencia mensual de $317.800 apenas funciona como umbral simbólico.

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Economistas advierten que la comparación en dólares no lo es todo, pero sí sirve para medir cuánto se ha deteriorado el ingreso argentino frente a países vecinos. También influye en la competitividad regional, el atractivo para migrantes y las tensiones sociales internas.

El Consejo del Salario volverá a reunirse en agosto, pero las expectativas de una actualización realista son bajas. El Gobierno mantiene congelado el piso tributario del Impuesto a las Ganancias, lo que también impacta en los ingresos netos. Los gremios presionan por recomposiciones, pero muchas paritarias siguen desfasadas.

En paralelo, el dólar blue y el contado con liquidación empujan aún más abajo la equivalencia real del SMVM, que en la calle puede rondar los 180 o 190 dólares, ubicando a Argentina incluso por debajo de Bolivia en el ranking si se toman valores de mercado.