Sinner derrotó a Alcaraz y se consagró campeón de Wimbledon por primera vez

Jannik Sinner escribió este domingo una de las páginas más importantes de su carrera al consagrarse por primera vez campeón de Wimbledon, tras vencer al español Carlos Alcaraz por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-4 en poco más de tres horas de juego en el All England Club.

El número uno del mundo se repuso de un inicio complicado, donde a pesar de quebrar primero y colocarse 4-2, terminó cediendo el primer set ante un Alcaraz agresivo, que buscaba defender su corona y alzarse con su tercer título consecutivo en el césped londinense.

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Pero a diferencia de la final de Roland Garros, donde cayó ante el español, Sinner mostró otra actitud, se recompuso emocionalmente y ajustó su juego con precisión quirúrgica. A partir del segundo parcial, consiguió un quiebre por set que le bastó para llevarse los tres siguientes con idéntico marcador: 6-4.

Con esta victoria, Sinner consiguió su cuarto título de Grand Slam, tras los obtenidos en el Abierto de Australia (2024 y 2025) y el US Open 2024. Además, estiró su ventaja en el ranking ATP a 3.400 puntos sobre Alcaraz, consolidando aún más su liderazgo en el circuito profesional.

El 2025 del italiano es impresionante, con títulos grandes, una final en Roland Garros y otra en el Masters 1000 de Roma, aunque también con un episodio delicado: una suspensión de tres meses por doping positivo, que no logró empañar su regularidad y determinación competitiva.

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En la ceremonia posterior, Sinner se emocionó al hablar de su familia y su equipo: “Es muy especial ver a mis padres, a mi hermano y a todos los que me apoyan”, dijo con el trofeo en la mano. Luego bromeó: “Le agradezco especialmente a mi hermano, que vino porque no hay carrera de Fórmula 1”.

Sobre su revancha personal con Alcaraz, explicó: “El mayor esfuerzo fue emocional, porque la derrota en París me dolió mucho. Pero hay que entender lo que uno hace mal y trabajar para mejorarlo. Por eso hoy estoy acá, sosteniendo este trofeo”.

El triunfo de Sinner en Wimbledon no solo marca un nuevo capítulo en la rivalidad con Alcaraz, sino que también lo consagra como el gran referente del tenis actual, en un circuito que atraviesa una etapa de recambio tras la era de los "tres grandes".