Eduardo Sepúlveda, combativo en la montaña pese a perder posiciones en Francia

Eduardo "Balito" Sepúlveda volvió a completar una etapa exigente en el Tour de Francia, esta vez entre Auch y Hautacam, y finalizó en la posición 122º tras pedalear durante más de cinco horas en una de las jornadas más duras hasta el momento. El ciclista de Rawson registró un tiempo de 5h00m49s, quedando a 39 minutos y medio del ganador de la etapa, el esloveno Tadej Pogacar. A pesar del desgaste, el argentino mantiene su presencia firme en carrera, con un total acumulado de 2.023,4 kilómetros en esta edición.

Si bien cayó tres posiciones en la clasificación general, Sepúlveda sigue cumpliendo su rol como gregario del Lotto Dstny, una función que no siempre se traduce en puestos destacados, pero es fundamental para el rendimiento del equipo. Actualmente ocupa el puesto 113º en la general, a más de dos horas del líder. Su objetivo principal sigue siendo completar su cuarto Tour, una meta de por sí notable.

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La etapa estuvo dominada por un Pogacar imperial, que volvió a demostrar por qué es uno de los mejores ciclistas del mundo. El campeón del UAE Team Emirates atacó con decisión en la última subida a Hautacam y dejó atrás a todos sus rivales. Con esta victoria recuperó el maillot amarillo y también se adueñó del liderato en la clasificación de la Montaña.

La revancha personal de Pogacar en Hautacam tuvo un condimento especial: regresó al mismo puerto donde Vingegaard lo había derrotado hace tres años y esta vez lo dejó sin respuesta. Vestido con el maillot de campeón del mundo, protagonizó una subida memorable, sin mirar atrás. Su rendimiento fue tan dominante que ya se lo perfila como el gran candidato a quedarse con la carrera.

La diferencia que logró sobre sus principales rivales fue contundente, especialmente frente al danés Jonas Vingegaard, que llegó a 2 minutos y 10 segundos, y el belga Remco Evenepoel, que cruzó la meta a más de 3 minutos y medio. Pogacar estiró su ventaja en la general a 3 minutos y 31 segundos, lo que le da un margen importante para la próxima cronoescalada. El golpe anímico también fue enorme.

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Ben Healy, quien hasta ayer vestía el maillot amarillo, no pudo resistir el ritmo de la etapa y cedió más de 13 minutos, perdiendo también la posibilidad de mantenerse entre los favoritos. El ciclista irlandés quedó relegado por completo tras una jornada muy dura. Pogacar se convirtió así en el nuevo líder absoluto de la carrera.

Desde el inicio, el ritmo fue altísimo, con una velocidad promedio de 51,9 km/h en la primera hora de carrera, lo que muestra la intensidad con la que se disputó esta etapa. Equipos como UAE, Uno-X y EF Education-EasyPost intentaron controlar la fuga, pero la diferencia nunca superó los 2 minutos y 20 segundos. Fue una jornada táctica, rápida y con muchas emociones desde el inicio.

En la última subida, Pogacar mostró su verdadero nivel. Rebasó a todos con una facilidad asombrosa, incluyendo a los escapados y a sus rivales directos en la general. Lo que suceda en las próximas etapas aún está por verse, pero hoy el Tour parece tener un nombre propio: Tadej Pogacar.