
El volcán Hudson registró un sismo híbrido y sismos menores pero sigue con alerta verde
Actualidad25/07/2025
REDACCIÓN
El Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN) de Chile encendió las alarmas técnicas tras detectar un sismo híbrido de magnitud 2,8 en el volcán Hudson, ubicado en el sur de la región de Aysén, muy cerca de la provincia argentina de Santa Cruz. El fenómeno se produjo este jueves 24 de julio a las 16:17 horas y motivó la emisión de un Reporte Especial de Actividad Volcánica (REAV), una herramienta utilizada para informar cambios relevantes en el comportamiento interno de un volcán monitoreado.


El organismo chileno detalló que el evento estuvo asociado al fracturamiento de roca combinado con el movimiento de fluidos al interior del volcán, y que el desplazamiento resultante alcanzó los 1.228 centímetros cuadrados. El epicentro se localizó al noreste de la caldera principal, a unos 3,3 kilómetros de profundidad, lo que sugiere una actividad interna significativa, aunque sin manifestaciones visibles en superficie.
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En paralelo al sismo principal, los equipos de monitoreo detectaron otros nueve eventos volcano-tectónicos (VT) de baja energía, que se interpretan como pequeñas fracturas internas del sistema volcánico. Estos movimientos, si bien no alcanzaron la magnitud del evento inicial, contribuyen al análisis técnico que realiza el SERNAGEOMIN para evaluar posibles escenarios futuros.
Pese a esta actividad, el nivel de alerta técnica del volcán Hudson se mantiene en Verde, lo que indica una situación de estabilidad interna. Esta categoría no descarta la posibilidad de nuevos sismos ni de eventos aislados, pero no representa un incremento del nivel de riesgo inmediato para las zonas cercanas, según explicó el organismo en su informe.
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El volcán Hudson es considerado uno de los más imponentes de la cordillera austral. Su última erupción registrada tuvo lugar en 1991 y las cenizas alcanzaron incluso a localidades argentinas como Comodoro Rivadavia, generando importantes consecuencias ambientales y operativas. Desde entonces, ha permanecido bajo estricta vigilancia a través de redes sísmicas, sensores de gases y análisis satelitales permanentes.
Este nuevo episodio recuerda que, aunque los volcanes puedan permanecer en calma durante décadas, su actividad interna continúa y puede reactivarse en cualquier momento. En este caso, las señales detectadas no implican una amenaza inmediata, pero permiten a los expertos actualizar modelos de comportamiento volcánico y fortalecer las redes de vigilancia.
















