“Con todo respeto, vengo a robar”: insólito asalto con modales en plena avenida Corrientes

La escena parece de una película absurda, pero ocurrió en pleno centro porteño. Un hombre ingresó a un local de ropa interior en avenida Corrientes y, sin levantar la voz ni usar violencia, anunció con tono calmo: “Con todo respeto, vengo a robar”.

Eran las cinco de la tarde cuando el asaltante, a cara descubierta y sin apuro, cruzó la puerta como si fuera un cliente habitual. Caminó por el local, habló tranquilo y se dirigió a la empleada con una frase que se volvió viral.

“Hacé de cuenta que está todo bien y dame toda la plata”, pidió mientras señalaba lo que parecía ser un arma oculta entre la ropa. En ningún momento levantó la voz ni realizó un movimiento brusco.

El comercio, atendido por inmigrantes venezolanos, quedó atónito ante el accionar del ladrón. En lugar de exigir dinero con gritos o amenazas explícitas, se mostró cordial y hasta “respetuoso”, según se escucha en el video.

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“Quedate tranquila”, dijo antes de llevarse bolsas con mercadería, una botella de vino y el celular de la trabajadora. También aclaró que no actuaba solo: “Tengo gente esperándome afuera. No salgas, puede ser peor.”

Todo quedó registrado por una cámara de seguridad. Las imágenes, difundidas por A24, muestran con claridad el ingreso, el robo y la salida del asaltante. La grabación recorrió las redes en minutos.

El episodio generó desconcierto y también preocupación. Aunque no hubo violencia física, el robo ocurrió en plena luz del día, en una zona transitada, y sin intervención policial inmediata.

Vecinos y comerciantes de la zona expresaron alarma por la modalidad delictiva. La policía investiga si el hombre forma parte de una banda con base en la Ciudad o si se trató de un hecho aislado.

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Por ahora no hay detenidos. La empleada, según trascendió, se encuentra en buen estado y ya realizó la denuncia correspondiente. El local continúa funcionando con normalidad.

Este tipo de delitos sin agresión directa pero con amenazas encubiertas preocupan a los especialistas en seguridad. La naturalización de la escena —por su lenguaje y tono— no le resta gravedad ni consecuencias penales.

El caso refleja la precariedad del momento. Robos a mano armada sin violencia explícita, con frases suaves y modales calculados, pero con el mismo efecto: miedo e impunidad.