
Éxodo en el Conicet Santa Fe: “Esto no es sostenible”, advierte su director
Actualidad26/07/2025
Sergio Bustos
El Conicet Santa Fe se vacía. En apenas dos años, 42 personas dejaron sus cargos. Investigadores, becarios y administrativos abandonaron el organismo por desgaste, falta de recursos y sueldos congelados. “Esto no es sostenible ni a corto ni a mediano plazo”, advirtió Rubén Spies, su director.


Las renuncias se suman a jubilaciones que no se cubren. El número total de desvinculaciones podría superar las 50 a fin de 2025. “No se repone ni un solo puesto. Eso recarga a quienes quedan, genera estrés y fuga de talento”, explicó Spies.
El caso más extremo fue el de un investigador en biotecnología que emigró a España con todo su equipo. “Gente joven, muy formada, que se cansó de esperar”, lamentó. Hablamos de profesionales con 12 o 15 años de formación entre doctorado y posdoctorado.
El ingreso a la carrera científica permanece cerrado. Hay 850 personas en todo el país que aprobaron todas las instancias, pero siguen afuera. “No hay presupuesto. La respuesta es siempre la misma. El tiempo pasa y nadie entra”, afirmó.
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El Conicet también sufrió despidos en el marco del recorte nacional de contratos. De 1.200 cesanteados en todo el país, 38 eran de Santa Fe. Muchos fueron reincorporados en forma precaria. “Hoy están en la cuerda floja, con contratos renovados hasta fin de año”, explicó el director.
La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica quedó desmantelada. Los PICT, principal fuente de financiamiento para investigaciones, no existen más. “Todo lo que venía de Nación está parado. Cero”, sentenció Spies.
Santa Fe resiste con recursos propios. La provincia sostiene lo poco que sigue en marcha. “Gracias al apoyo provincial todavía investigamos algo. Pero no alcanza para reemplazar lo que debería aportar Nación”, sostuvo.
La inversión en ciencia cayó al 0,15% del PBI. La ley 27.614 preveía llevarla al 1% para 2032. El año pasado fue 0,21%. “Uruguay invierte tres veces más. Brasil, ocho. Es vergonzoso”, disparó el investigador.
El panorama nacional es desolador. Argentina corre riesgo de perder una órbita geoestacionaria por no fabricar nuevos satélites. Proyectos internacionales como el reactor nuclear para Corea del Sur también se paralizaron.
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“Pasé muchas crisis, pero nunca vi algo así”, sostuvo Spies. Comparó la situación actual con los años noventa, pero dijo que el deterioro hoy es más profundo. “Ni siquiera hay diálogo. Este gobierno no habla con nadie”, concluyó.
El desfinanciamiento avanza en paralelo al desprestigio. La ciencia argentina, con 39 satélites en órbita y premios internacionales, queda al borde del colapso. Sus investigadores migran, sus proyectos se apagan y su estructura se desmantela en silencio.
















