Renunció el titular del Senasa tras la polémica por vacunas antiaftosa importadas desde Brasil

Pablo Cortese renunció a la presidencia del Senasa en medio de un conflicto cada vez más áspero entre laboratorios veterinarios por la importación de vacunas contra la fiebre aftosa. La disputa por un lote brasileño terminó por dinamitar su continuidad, según confirmaron fuentes oficiales.

Aunque alegó “motivos personales”, allegados a Cortese señalaron que “estaba cansado de las presiones”. El funcionario llevaba más de 30 años en el organismo y había asumido la conducción con la gestión de Javier Milei.

La controversia estalló tras la autorización del ingreso de 8.300 dosis de la vacuna Ourovac Aftosa Biv, del laboratorio brasileño Ourofino, importadas por Tecnovax. La medida encendió las alarmas en la industria nacional.

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Biogénesis Bagó envió una carta documento exigiendo explicaciones por lo que consideraron una violación del marco legal vigente. Desde Caprove —la cámara que nuclea a los laboratorios locales— advirtieron que la desregulación beneficiaba a algunos empresarios y ponía en riesgo una industria que genera más de 8.000 empleos y exporta por 100 millones de dólares anuales.

Cortese intentó bajarle el tono a la disputa. “La carta es totalmente improcedente... eso nunca ingresó al país”, declaró días atrás en una entrevista radial. Sin embargo, admitió: “Hay cuestiones que son técnicas”.

El conflicto de fondo surgió tras la implementación de las resoluciones 11/2025, 333/2025 y 338/2025, que habilitaron la importación directa de productos veterinarios registrados en países “equivalentes”, sin necesidad de evaluación local. La medida contó con el aval de Federico Sturzenegger y forma parte del proceso de desregulación del Gobierno.

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Cortese, ingeniero agrónomo y docente universitario, inició su carrera en Senasa en 1992 como monitoreador de frutas cítricas. Pasó por múltiples cargos técnicos hasta llegar a la cima del organismo.

La salida del funcionario revela una puja profunda por el control del negocio sanitario animal, donde chocan intereses industriales, económicos y políticos. El Gobierno aún no designó a su reemplazante.

Fuente: Bichos de Campo