
Crisis en Acindar: más de 500 trabajadores suspendidos y caída del 60 % en la producción de acero
Actualidad29/07/2025
REDACCIÓN
La planta de Acindar en Villa Constitución atraviesa su momento más crítico en años. Según denunció Pablo González, titular de la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la empresa mantiene entre 500 y 600 trabajadores suspendidos y una caída drástica en los niveles de producción.


“De 121.000 toneladas de acero pasamos a 51.000. No hay ventas y no va a mejorar”, sostuvo el dirigente sindical. La situación se agravó, explicó, a partir del cierre de la obra pública decidido por el gobierno nacional en diciembre de 2023.
González responsabilizó directamente al fenómeno del “carry trade” y la rentabilidad financiera por la crisis del sector industrial. “La gente que tiene dinero no lo invierte en un departamento ni en construcción. Lo coloca en renta financiera y eso nos destruye la industria”, remarcó.
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La metalúrgica Acindar, segunda productora de acero en el país, vive un escenario de recorte constante desde hace meses. Según la UOM, la empresa intentó despedir personal a comienzos del año, pero se logró negociar un esquema de suspensiones que ahora se renueva mes a mes.
“Cerró un tren laminador en la planta. Son 150 trabajadores sin tareas, y la empresa pretende desvincularlos. Estamos peleando para renovar el acuerdo de suspensiones”, explicó el dirigente gremial. Mientras tanto, no se alcanzó ningún acuerdo sobre el salario básico del sector.
Desde el sindicato indicaron que, aunque se acordó un anticipo a cuenta de futuros aumentos, el reclamo salarial sigue estancado. Esto agrava aún más el panorama de cientos de familias que dependen de una planta cuya actividad está prácticamente paralizada.
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El aparato productivo del sector metalúrgico está “más que frenado”, advirtió González. La demanda de acero cayó en todos los frentes, y las perspectivas de recuperación son muy escasas si no hay un cambio en las condiciones económicas generales.
En Villa Constitución, el impacto de esta parálisis se siente con fuerza en el comercio, los servicios y en la vida cotidiana de una ciudad históricamente ligada a la industria siderúrgica. La preocupación crece también por el futuro inmediato de los puestos laborales aún activos.
La UOM, por ahora, apuesta a evitar despidos definitivos, aunque reconoce que la presión de la empresa va en aumento. “Seguimos discutiendo todos los días cómo evitar que esto termine peor. Pero no hay señales de reactivación”, concluyó el dirigente.
Fuente: NA
















