El terremoto no provocó daños.
Un fuerte sismo de magnitud 5,6 estremeció este martes las Islas Sandwich del Sur. El movimiento fue detectado a las 07:24 hora local por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), a 24 kilómetros al noreste de la isla Bristol, uno de los puntos más activos del extremo sur del Atlántico.
El epicentro se ubicó a 106 kilómetros de profundidad, lo que amortiguó la fuerza del temblor en superficie. No se reportaron daños, víctimas ni réplicas, según el primer informe emitido por las agencias de monitoreo internacional.
A pesar de su intensidad, la profundidad y la ubicación remota evitaron consecuencias. El USGS calificó el evento como de nivel verde, riesgo bajo de pérdidas humanas o económicas. Tampoco hubo reportes de que el movimiento haya sido percibido por alguna base científica en la región.
La energía liberada fue equivalente a 3788 toneladas de TNT. Si bien no impactó en zonas pobladas, reavivó la atención sobre una región altamente sísmica, donde se registran temblores de forma habitual.
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Las Islas Sandwich del Sur, ubicadas entre las placas tectónicas de Scotia y Sudamericana, forman parte de una falla activa que acumula tensión constante. En promedio, ocurren al menos 12 sismos superiores a 5 grados cada año.
El más fuerte de los últimos tiempos fue el de 8.1 grados ocurrido el 12 de agosto de 2021, que también se registró en esa misma cadena de islas volcánicas. Aquel evento, aunque tampoco causó daños, se convirtió en uno de los más intensos del hemisferio sur.
El último movimiento similar al de este martes ocurrió en mayo de 2024, también con magnitud 5.6. Los registros confirman que el Atlántico sur mantiene un comportamiento sísmico regular, aunque silencioso.
La lejanía de los centros urbanos protege a las poblaciones, pero no elimina los riesgos para embarcaciones, bases científicas o estructuras sensibles. Por eso, las agencias sísmicas internacionales mantienen una red de sensores que monitorea en tiempo real estos fenómenos.
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El evento también sirve de recordatorio para el sistema de alerta de tsunamis, que si bien no se activó en este caso, debe mantenerse operativo en zonas costeras del hemisferio sur. En este episodio, la profundidad del epicentro descartó esa posibilidad.
Desde el Centro Sismológico Europeo y el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) en Argentina también confirmaron la magnitud del fenómeno. “No hubo réplicas ni alteraciones en las estaciones cercanas a las bases antárticas argentinas”, detallaron desde el organismo.
La calma geológica volvió tras el sacudón, pero el registro se suma a una larga lista de eventos que colocan a esta zona como una de las más activas del planeta, aunque pocas veces lo notemos.
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