Se achica la base ganadera y preocupa la pérdida de vientres en todo el país

El stock ganadero volvió a caer en Argentina y ya se habla de una situación alarmante. Según datos del SENASA, en solo un año se perdieron 1,3 millones de vacunos, lo que equivale a una baja del 2,4 % respecto al mismo período anterior.

El dato surge de la primera campaña de vacunación contra la fiebre aftosa de 2025, que contabilizó 49,4 millones de bovinos inmunizados. En 2024, el número había alcanzado los 50,6 millones.

Más allá del número total, la pérdida más significativa afecta directamente a la base del sistema productivo: las hembras. En solo doce meses, el país perdió 406 mil vacas y 418 mil vaquillonas. “No podemos seguir reduciendo el stock de vientres sin comprometer la reposición”, advierten desde el sector.

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El stock de vacas registra su tercer año consecutivo de caída, acumulando una pérdida de más de 1,2 millones desde 2022. En vaquillonas, la disminución se arrastra desde 2021 y suma 957 mil cabezas menos en cuatro años.

Si bien la sequía explicó parte del proceso de liquidación en años anteriores, hoy ese factor ya no alcanza para justificar el retroceso. En muchas regiones, las condiciones climáticas mejoraron, pero la faena de hembras siguió alta.

“Hubo señales de recuperación ambiental, pero la presión sobre los vientres no afloja”, señalan analistas ganaderos. A eso se suma la lógica de corto plazo en el negocio, que prioriza resultados inmediatos.

Pese a todo, los números muestran una leve mejora en la eficiencia reproductiva. La relación ternero por vaca subió del 65,8 % al 67,9 %, un dato positivo, aunque insuficiente para revertir la tendencia general.

Se registraron 14,5 millones de terneros y terneras vacunados, una cifra similar a la del año pasado. Es decir, con menos madres se logró sostener la producción de cría, algo que habla bien del manejo, pero también refleja un límite.

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“Es mucho más caro producir más terneros mejorando índices que manteniendo vientres”, remarcan los técnicos. La advertencia cobra fuerza: sin hembras, la cadena ganadera pierde sustentabilidad en el mediano plazo.

La estrategia de liquidar vacas para aliviar cargas durante la sequía no puede extenderse indefinidamente. El rodeo nacional necesita recuperar estructura, y eso implica proteger las hembras que sostienen la producción.