
J.P. Morgan ganó en pesos y escapó del dólar justo antes de la suba
Actualidad03/08/2025
Sergio Bustos
J.P. Morgan jugó corto, rápido y con precisión. En solo 73 días, el banco más influyente de Wall Street entró y salió del mercado de pesos argentino con una ganancia del 10,4% en dólares. Lo notable no fue solo el resultado, sino el momento exacto en que eligió retirarse.


La operación arrancó en abril, días después de que el Gobierno eliminara el cepo para personas físicas y estableciera un esquema de flotación administrada. El dólar oficial se movía en un canal entre $1.000 y $1.400, mientras el CCL cotizaba a $1.234.
La estrategia fue directa. El banco recomendó comprar LECAPs cortas, en particular la S15G5, que vencía el 15 de agosto. Rendía 3,9% mensual y cotizaba a $129,38 por cada $100 nominales. La brecha cambiaria era mínima y el clima, calmo.
“Seeing is Believing”, se tituló el informe con el que abrieron la jugada. Allí destacaban que las condiciones del mercado justificaban una estrategia agresiva en moneda local. La tasa interna de retorno rondaba el 40,5% anual en pesos.
OTRAS NOTICIAS
El panorama empezó a cambiar en junio. El BCRA vendía reservas, las liquidaciones del agro caían y el turismo presionaba la salida de divisas. La calma era transitoria.
El 27 de junio publicaron el informe “Argentina: Taking a Breather”. Ese mismo día, desarmaron la posición. Vendieron los bonos a $139,80 y compraron dólares a $1.206. Cerraron con una ganancia neta del 7,8% en dólares, y una tasa implícita del 32,3% anual en pesos.
Lo que siguió confirmó el acierto. En apenas un mes, el CCL saltó un 12,9%, mientras que la LECAP apenas subió 3,2% en pesos. Para un inversor que se quedó, la pérdida fue del 8,7% en dólares.
“La baja en la rentabilidad real posterior al 27 de junio confirmó la prudencia de la decisión”, apuntaron desde el banco. La jugada fue quirúrgica.
OTRAS NOTICIAS
El informe también detalló los motivos de salida. Citaron el agotamiento del agro, las ventas del BCRA, el contexto político, y la cercanía de las elecciones legislativas. Además, evaluaron que ya habían capturado suficiente ganancia y que el riesgo empezaba a pesar más que el retorno.
El timing no fue casual. J.P. Morgan tiene equipos que analizan variables técnicas, políticas y de mercado con una precisión difícil de replicar. Ese análisis permitió detectar el momento justo.
En julio, el CCL subió todos los días hábiles, salvo uno. Las LECAPs, en cambio, perdieron atractivo. Las tasas reales en dólares se licuaron. Muchos inversores se quedaron atrapados con instrumentos que rindieron menos de lo proyectado.
El banco no cerró la puerta a la Argentina. Sigue recomendando sobreponderar la deuda externa, pero pausó su exposición a instrumentos en pesos. Prefiere esperar un nuevo punto de entrada.
Luis Caputo, actual ministro de Economía, trabajó en J.P. Morgan. Aunque el dato es anecdótico, algunos operadores no lo pasaron por alto.
La movida fue limpia, rentable y silenciosa. Dejó a J.P. Morgan con ganancias y al resto del mercado con un mensaje: “En Argentina, el que duda pierde.”




Trelew: elevan a juicio la causa contra una docente de la Escuela 201

Acuerdo por Vaca Muerta: Enap firmó contratos por US$12.000 millones hasta 2033

Nación anuncia US$500 millones en aeropuertos y deja afuera a Esquel y Madryn











