

El fiscal Martín López Perrando tomará este martes la declaración de Cristian, el obrero que halló los restos de Diego Fernández Lima, quien desapareció en julio de 1984. El testimonio buscó aportar más detalles a una causa que, tras más de cuatro décadas, volvió a cobrar impulso judicial.


En diálogo con TN, el obrero realizó descripción del lugar y las circunstancias en que fueron encontrados los huesos. “Estaban a poca profundidad, como a 60 centímetros, y llamamos a la policía”, explicó el albañil, quien aseguró que la escena quedó grabada en su memoria por lo inesperado de la situación.
El trabajador recordó que “me di cuenta enseguida que eran huesos humanos porque tenía conocimiento”. Según relató, la reacción fue inmediata y colectiva: “La policía se sorprendió al igual que nosotros. Nadie se espera encontrar una cosa así”.
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La investigación había avanzado en los últimos días con la toma de declaraciones a ex compañeros de la víctima, cuyas versiones sumaron elementos a la reconstrucción de sus últimos movimientos. El aporte del obrero se sumó así a una cadena de testimonios que podrían acercar más claridad sobre lo ocurrido.
Mientras tanto, la fiscalía recibió el lunes la sorpresiva visita de Cristian Graf, señalado en su momento como principal sospechoso. El hombre se presentó de manera espontánea para ponerse a disposición, aunque le comunicaron que no está acusado en la causa y que, por ahora, no será citado a declarar.
La aparición de Graf generó expectativa entre las partes involucradas, pero el fiscal aclaró que no hay elementos procesales que justifiquen su imputación. Su presencia, sin embargo, agregó un nuevo matiz a una historia marcada por silencios y dilaciones judiciales.
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El hallazgo de los huesos, ocurrido mientras se realizaban tareas de obra, reactivó la memoria del caso y puso nuevamente a la familia de Diego en el centro de la atención mediática. La confirmación de la identidad de los restos fue un golpe para quienes esperaban respuestas desde 1984.
En paralelo, los investigadores continúan analizando la información recolectada y las pericias forenses, con la intención de establecer las circunstancias de la muerte. La labor se concentra en cruzar testimonios con datos técnicos que permitan avanzar sin margen de error.
Aunque no se fijaron plazos para las próximas diligencias, desde el entorno judicial se remarcó que la prioridad es preservar la integridad de la investigación y asegurar que los pasos futuros se den con la mayor rigurosidad posible.
Fuente: NA.

















