Boric envía a su ministro por la brutal violencia en el partido Independiente-Universidad de Chile

El presidente de Chile, Gabriel Boric, instruyó al Ministro del Interior, Álvaro Elizalde, viajar a Buenos Aires tras los graves hechos de violencia ocurridos durante el partido de Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile. El mandatario afirmó que el operativo en Avellaneda terminó en un inaceptable linchamiento contra ciudadanos chilenos.

A través de su cuenta en X, Boric explicó que Elizalde acompañará al embajador en Argentina para asistir a los heridos y verificar la situación de los detenidos. “La violencia no tiene ninguna justificación, de ningún lado, y vamos a proteger los derechos de nuestros ciudadanos”, expresó el presidente chileno.

El encuentro, correspondiente a los octavos de final del certamen, se convirtió en un escenario de caos. Los hinchas visitantes, ubicados en la Tribuna Sur Alta, provocaron destrozos en baños y butacas, lanzaron proyectiles y encendieron bengalas. Desde las bandejas inferiores, los simpatizantes de Independiente respondieron con violencia desatada.

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La tensión derivó en una verdadera cacería dentro de la tribuna. Testigos relataron que los simpatizantes chilenos fueron golpeados, desnudados y algunos quedaron tendidos inconscientes en las gradas, mientras otros resultaron heridos al intentar escapar.

El partido se interrumpió varias veces por incidentes y finalmente se canceló en medio de la falta de garantías de seguridad. El árbitro Gustavo Tejera intentó continuar, pero tras nuevas invasiones de campo y agresiones la decisión fue definitiva.

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A pesar de la magnitud del operativo, que incluyó 650 efectivos policiales y 150 agentes privados, la violencia escaló sin control en el sector visitante. “Es increíble lo que pasó, no se puede creer. Esto también es un tema de organización, no pueden ubicar a la hinchada de la U arriba de la barra de Independiente”, declaró Daniel Schapira, dirigente de la U de Chile.

En las calles de Avellaneda y más tarde en Puerto Madero, los disturbios continuaron con corridas y enfrentamientos. Más de 300 hinchas chilenos terminaron detenidos, mientras el consulado coordinaba la asistencia legal y médica para los afectados.

La Conmebol ya había advertido a la U de Chile por conductas indebidas de su hinchada en torneos anteriores, aunque la sanción fue leve. El nuevo episodio amenaza con consecuencias más severas tanto deportivas como institucionales.

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“Lo sucedido está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la irresponsabilidad en la organización. Nada justifica un linchamiento”, remarcó Boric en otro mensaje.

Las imágenes de hinchas ensangrentados recorrieron medios y redes sociales, generando un fuerte repudio internacional. El Gobierno chileno aseguró que seguirá cada paso del proceso judicial y exigirá responsabilidades claras.

Fuente: Infobae