Añelo, la ciudad donde la rentabilidad inmobiliaria multiplica por seis a Buenos Aires

En el corazón de la meseta neuquina, Añelo se convirtió en la capital inmobiliaria del petróleo. La cercanía a los yacimientos de Vaca Muerta transformó a este pequeño pueblo de 11.000 habitantes en un imán para constructoras e inversores, donde la rentabilidad llega a sextuplicar la de Buenos Aires.

La explicación está en la demanda desbordada. Cada pozo nuevo requiere entre 50 y 200 trabajadores, y las plazas disponibles nunca alcanzan. Hoy, más de 15.000 empleados deben viajar desde la ciudad de Neuquén, a 100 kilómetros de distancia, por una ruta colapsada y en mal estado.

Ese déficit habitacional genera márgenes que atraen capitales de todo el país. “Un monoambiente se alquila entre 1.000 y 1.300 dólares, y un tres ambientes con cuatro camas puede superar los 3.000”, detalló Damián Lopo, de NLK Capital.

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La constructora Idero ya entregó cuatro edificios con ocupación plena y contratos de diez años. En paralelo, Soldati avanza con Fincas de Añelo, un proyecto de 130 hectáreas que fue definido como “un Nordelta petrolero”.

El intendente Fernando Banderet aseguró que la población podría llegar a 50.000 habitantes en 2031. “En 2024 se invirtieron más de 40 millones de dólares y este año ya se habilitaron otros 76.000 metros cuadrados de construcción”, informó durante la Expo Real Estate en Buenos Aires.

La rentabilidad también seduce a los desarrolladores que, en muchos casos, postergaron proyectos en otras provincias para volcarse de lleno a Añelo. “El costo del metro cuadrado ronda los 1.700 dólares y el precio de venta alcanza los 3.000. Es un negocio que supera con creces la media nacional”, explicó Adrián Sequeira, de Elysian Desarrollos.

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Pero no todo es ganancia fácil. Los costos laborales son un 50% más altos que en Buenos Aires, y conseguir mano de obra se volvió casi imposible frente a los sueldos que pagan las petroleras. Para mitigar esos problemas, varias empresas optaron por la construcción modular, con piezas fabricadas en Córdoba o Rosario que luego se ensamblan en Añelo.

El acceso a la tierra también suma complicaciones. “Hay muchos terrenos, pero pocos con papeles en regla, lo que retrasa los tiempos de los proyectos”, reconoció Sebastián Rascovan, de Soldati.

Aun así, el atractivo de Añelo sigue intacto. El boom inmobiliario no se detiene porque Vaca Muerta solo explotó el 10% de su potencial. Con la construcción del nuevo oleoducto, los inversores prevén que la presión habitacional se multiplicará.

En palabras de Lucas Salvatore, CEO de Idero: “Añelo es la gran oportunidad del real estate argentino porque acompaña a la única industria que no frena”.