García Furfaro declaró durante seis horas por el fentanilo contaminado y apuntó contra la Anmat

En el Juzgado Federal N°3 de La Plata, Ariel García Furfaro declaró durante seis horas ante el juez Ernesto Kreplak y la fiscal María Laura Roteta en la causa por el fentanilo contaminado que se distribuyó en hospitales de varias provincias. El empresario aseguró que “tengo 30 trabajadores al borde del suicidio” y responsabilizó a un excolaborador y a la Anmat por la crisis sanitaria.

La investigación se centra en los lotes 31.202 y 31.244, producidos en diciembre por HLB Pharma y distribuidos desde enero a través de droguerías como Alpharma, Glamamed y Nueva Era. El Hospital Italiano de La Plata fue el primero en detectar la contaminación y alertar sobre la presencia de bacterias resistentes.

El Cuerpo Médico Forense ya confirmó que, en los primeros 20 fallecimientos relevados, el fentanilo no fue la causa directa de muerte, pero sí agravó el cuadro de 12 pacientes de manera fatal. En total, hay 134 casos bajo análisis y 20 muertes vinculadas al uso del medicamento.

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García Furfaro sostuvo que desde diciembre había iniciado trámites para cerrar HLB Pharma y trasladar operaciones a Laboratorios Ramallo. En su exposición intentó desligarse de las decisiones técnicas y aseguró que la gestión estaba a cargo de Andrés Quinteros, exdiputado provincial. “Yo me dedicaba a lo comercial, lo técnico lo manejaba otra gente”, dijo.

El empresario aseguró que los controles del Instituto Nacional de Medicamentos fueron irregulares y que la clausura de la planta estuvo motivada por cuestiones políticas. “En tres horas no podían escribir tantas advertencias. Vinieron a clausurar”, afirmó.

También insistió en que la contaminación con bacterias Klebsiella y Ralstonia debe ser investigada en detalle, ya que las plantas contaban con protocolos de desinfección y equipos adecuados. “Entre lote y lote se desinfectaba todo. Tenemos autoclaves enormes, se cumplía con las medidas”, declaró.

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En varios tramos de su testimonio buscó proteger a sus empleados y familiares involucrados. “Si algún empleado mío hizo una maldad, yo me hago responsable. Son gente de trabajo. Mis hermanos son pibes laburantes”, expresó.

La defensa planteó que la Anmat tenía conocimiento temprano de los problemas en el Hospital Italiano, pero no emitió alertas a tiempo. El empresario agregó que no pudo avanzar con el retiro del producto por la denuncia penal presentada por el organismo.

La causa judicial continuará con nuevas citaciones y pericias técnicas sobre los procesos de producción. El tribunal ya señaló “múltiples falencias críticas y una pluralidad de alertas no atendidas” en la elaboración de los lotes contaminados.

Fuente: LA NACION.