Historia de película: La mujer que despierta cada día en 1994

La alarma suena y Michelle abre los ojos sin saber en qué año vive. La luz entra por las cortinas y, sobre la mesa de luz, los papeles de colores se amontonan con frases escritas a mano. En una foto sonríe Ian, su esposo. Para ella, cada amanecer es un misterio.

“Buenos días, Michelle. Soy tu marido”, repite Ian desde la cocina. Esa frase, tan sencilla, condensa veinte años de paciencia. Para Michelle, cada jornada comienza desde cero.

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Michelle Philpots no recuerda haberlo conocido ni casarse con él. Su memoria se resetea al dormir y nada después de 1994 queda grabado. “Cada día es como si fuera el primero”, explica en entrevistas.

Antes del accidente era una joven inquieta, fanática de las motos y con muchos proyectos. En 1985 un choque en la ruta le dejó secuelas. El segundo, en 1990, selló la condena: amnesia anterógrada. Desde entonces vive atrapada en un presente interrumpido.

El amor con Ian nació en medio de esa tormenta. Cuando se casaron en 1997, ella ya no podía fijar recuerdos nuevos. Él armó un sistema de alarmas, fotos y mensajes en cada rincón de la casa. “Yo recuerdo por los dos”, le dijo una vez.

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El hogar funciona como un diario abierto. Paredes, espejos y heladeras se cubren de notas que le indican nombres, fechas y tareas. Michelle se desplaza como una visitante de su propia vida, leyendo recordatorios que sostienen su identidad.

Su historia inspiró a Hollywood. La película 50 First Dates, con Drew Barrymore y Adam Sandler, tomó elementos de su caso. “Parece que hablan de nosotros”, dijo Ian al verla. “¿La hemos visto antes?”, preguntó Michelle.

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Con humor y resignación, ella dice que vive siempre el mismo día. Ha olvidado muertes, peleas y celebraciones. “Pierdo la capacidad de enojarme o de disfrutar del progreso”, confiesa. Solo permanecen recuerdos de la infancia y de los años previos a 1994.

Cada mañana, Michelle toma un marcador y escribe en la pizarra de la cocina: “Hoy es un buen día. Vivo aquí. Ian es mi esposo. Todo está bien.” Es su forma de aferrarse a un presente que se borra al caer la noche.

Fuente: Infobae