Denuncian desmontes en el Impenetrable Chaqueño y alertaron por la pérdida de 170 mil hectáreas
Actualidad28/08/2025
REDACCIÓN
Desmontes ilegales
La organización ecologista Greenpeace recorrió el norte del Impenetrable Chaqueño y documentó cuatro desmontes ilegales en fincas cercanas a la localidad de Taco Pozo, al Parque Nacional Copo y a la Reserva Provincial Loro Hablador. La denuncia vuelve a poner en foco la pérdida de bosques nativos y la falta de controles efectivos en la región.
Según el relevamiento satelital realizado por la ONG y datos oficiales, desde noviembre de 2020, cuando la Justicia suspendió los desmontes en Chaco, hasta julio de 2025 se deforestaron ilegalmente 167.684 hectáreas de monte nativo. Una superficie que equivale a más de ocho veces la Ciudad de Buenos Aires.
En cada predio inspeccionado, los activistas colocaron carteles denunciando el “crimen ambiental”, mientras registraban imágenes y coordenadas para respaldar la presentación pública. “Estos desmontes avanzan incluso en zonas de amortiguamiento que deberían proteger áreas estratégicas”, señalaron.
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Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina, advirtió sobre la gravedad de la situación. “Estos crímenes cuentan con la complicidad del gobierno, que debe hacer cumplir los fallos de la Justicia. Ante la ausencia de controles efectivos, los terratenientes se sienten alentados por la impunidad y avanzan día a día sobre nuestros últimos bosques nativos”, denunció.
La referente ambientalista subrayó que la deforestación impacta directamente en el hábitat de especies en peligro crítico como el yaguareté. Se estima que quedan menos de 20 ejemplares en el Gran Chaco Argentino, lo que convierte cada hectárea arrasada en una amenaza directa a su supervivencia.
Greenpeace recordó que en 2019 presentó un amparo ante la Corte Suprema de Justicia contra las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Salta, además del Estado Nacional, por permitir la destrucción de bosques nativos. El máximo tribunal ya declaró su competencia en la causa y aún se espera el fallo definitivo.
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Mientras tanto, las talas se multiplican. “Es muy triste comprobar que siguen destruyendo el hogar de especies en peligro, incluso en zonas de amortiguamiento, estratégicas para la preservación de áreas protegidas”, lamentó Cruz durante el recorrido.
La organización ambiental también vinculó el fenómeno con consecuencias sociales y económicas. “La deforestación es un ecocidio que provoca desaparición de especies, cambio climático, inundaciones, sequías, desertificación, enfermedades, desalojos de indígenas y campesinos, pérdida de alimentos, medicinas y maderas”, explicó la activista.
El reclamo central es que se prohíban de forma urgente los desmontes y que se apliquen sanciones penales a quienes destruyen el monte chaqueño. Para Greenpeace, solo con medidas drásticas se podrá frenar el avance de la frontera agropecuaria sobre los últimos relictos de bosque.
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La situación adquiere mayor relevancia porque el Chaco forma parte del Gran Chaco Americano, considerado el segundo ecosistema forestal más grande de América del Sur después de la Amazonia. Su degradación representa un impacto ambiental de escala continental.
En paralelo, las comunidades indígenas y campesinas de la región denuncian que la deforestación no solo destruye el ambiente, sino también sus formas de vida. La pérdida de recursos naturales implica desarraigo, desplazamientos forzados y mayor vulnerabilidad social.
La Corte Suprema deberá resolver en los próximos meses la causa presentada por Greenpeace. Su fallo será determinante para definir el alcance de la Ley Nacional de Bosques Nativos y las responsabilidades de las provincias en el cumplimiento de la normativa.
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