Cirugías fantasmas y estafa millonaria: investigan a médicos del Sindicato Petrolero

La investigación por estafa en la obra social de los Petroleros Privados destapó un escándalo difícil de creer. Una nena de tres años figura como paciente de tres cirugías complejas, realizadas en apenas una hora, pero su madre aseguró que jamás pasó por un quirófano. El caso disparó una auditoría que hoy compromete a médicos y anestesistas con facturas que superan los 150 mil dólares.

El episodio comenzó con una llamada del médico auditor de Os.Pe.Pri, Ramiro Vaca Narvaja, a la familia de la pequeña. Quería saber cómo seguía la recuperación tras las supuestas intervenciones. La madre lo descolocó: su hija estaba bien, con controles cardíacos, pero nunca había sido operada.

El parte quirúrgico presentado por un traumatólogo infantil consignaba tres operaciones en simultáneo: tenoplastía bilateral de rodillas, tenoplastía de caderas y osteoplastia de pies. No existía registro de internación, ni estudios prequirúrgicos, ni parte anestésico. Tampoco había indicios de controles post operatorios ni gastos ambulatorios posteriores.

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Ante las inconsistencias, el auditor revisó más expedientes. Contactó a once familias y descubrió un patrón alarmante: al menos trece pacientes figuraban con cirugías traumatológicas inexistentes. Padres consultados confirmaron que sus hijos nunca fueron intervenidos, aunque la obra social pagó como si lo hubieran sido.

“Existen incongruencias graves que generan serias dudas sobre la veracidad de las prácticas”, sostuvo el informe entregado a la Fiscalía de Delitos Económicos. El documento también advierte que, aun si alguna intervención hubiera existido, faltaron controles médicos básicos antes y después del procedimiento, lo que revelaría mala praxis.

La investigación judicial ya ordenó allanamientos en las viviendas del traumatólogo y del anestesista acusados. En esos domicilios secuestraron computadoras, teléfonos celulares e historiales clínicos. Ambos profesionales fueron notificados formalmente y designaron abogados defensores.

La querella, en representación del Sindicato Petrolero, presentó nuevas pruebas. Entre ellas aparecen facturas emitidas por los médicos con cifras millonarias. En el caso de la nena de tres años, la factura por las cirugías que nunca existieron ascendió a más de 2,5 millones de pesos.

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El perjuicio económico se estima en unos 150 mil dólares, equivalentes a más de 200 millones de pesos. Los investigadores no descartan la participación de otros profesionales. “Seguimos investigando hacia atrás porque sospechamos que había más médicos implicados”, advirtió Marcelo Rucci, secretario general del gremio.

El origen del caso resulta tan insólito como revelador. Una charla casual entre un afiliado y dirigentes sindicales encendió las alarmas. El padre de un chico al que le habían puesto un yeso contó que se había recuperado en dos semanas. Cuando revisaron su historia clínica, encontraron que figuraba como operado en una cirugía inexistente.

Ese hallazgo permitió detectar múltiples irregularidades: partes quirúrgicos sin sustento, cirugías anotadas sin estudios de rayos X ni derivaciones a anatomía patológica, operaciones supuestamente realizadas en una hora y sin registros anestésicos. Incluso se encontraron planillas de enfermería completadas de manera deficiente por el mismo profesional que firmaba la intervención.

Con estos datos, la fiscal Valeria Panozzo avanza en el análisis del material secuestrado. El equipo técnico de la Procuración General examina la información digital y contable para determinar la magnitud del fraude y el circuito de dinero. El proceso recién empieza, pero ya golpea de lleno a la obra social petrolera y sacude al sistema médico privado de la región.