ñoquis
El 29 convoca a la mesa con un ritual que combina historia, sabor y supersticiones. Los ñoquis se convirtieron en un plato que simboliza unión y abundancia.
La costumbre de poner dinero bajo el plato acompaña a cada bocado y refuerza la idea de prosperidad. Pero en la cocina también hay lugar para renovar la tradición con recetas que sorprenden.
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Los ñoquis de papa clásicos son el punto de partida. Llegaron con los inmigrantes italianos y aún hoy mantienen su vigencia. Simples, nobles y siempre versátiles, se lucen tanto con una salsa bolognesa como con una crema de quesos.
Los ñoquis de ricota ofrecen una versión liviana y rápida. Su textura blanda y la ausencia del paso de cocer papas los volvieron populares en hogares que buscan practicidad sin resignar sabor.
Con los ñoquis de espinaca, la receta suma color y vegetales a la mesa. Su origen está en la inventiva de cocinas familiares que encontraron en la harina y los huevos la base para integrar lo verde.
Los ñoquis de sémola, o gnocchi alla romana, rompen con la tradición de la papa. Se hornean, se gratinan con queso y manteca, y se disfrutan con una textura distinta y sabrosa, típica del Lacio italiano.
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En tanto, los ñoquis de calabaza ganaron lugar con los productos de estación. Requieren paciencia para cocinar la verdura, pero recompensan con un plato ideal para quienes buscan más hortalizas en la dieta.
Cada receta cuenta su propia historia y se enlaza con el mismo ritual: compartir la mesa, repetir la costumbre y celebrar el encuentro.
Los ñoquis son tradición, pero también invitan a crear. Con cada variante, la cocina hogareña se convierte en el mejor lugar para reinventar el 29.
Fuente: Infobae
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