
"Yo soy leyenda, Brother": Falleció Eddie Robertson, ídolo del Básquet en Puerto Madryn
Deporte04/09/2025
REDACCIÓN
El básquet de Puerto Madryn perdió este jueves a una de sus figuras historicas: Eddie Robertson, exjugador de Deportivo Madryn y símbolo de una época inolvidable. Tenía 65 años y falleció en la ciudad que lo adoptó como uno de los suyos. Su muerte deja una huella imborrable en la memoria deportiva.


Nacido en el corazón de Brooklyn, Nueva York, Eddie creció rodeado de dificultades sociales y económicas. El básquet fue su refugio, su escape y su manera de encontrar un rumbo. En 1985, con apenas 25 años, viajó a la Argentina y Puerto Madryn lo recibió como a un héroe.

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Con sus 2,05 metros de altura y un estilo de juego sereno pero contundente, se convirtió rápidamente en figura del equipo aurinegro. Su llegada coincidió con el mejor momento del club, que ese año comenzaba a soñar en grande. En 1986 fue una pieza determinante en el ascenso de Deportivo Madryn a la Liga B.
No era un jugador espectacular, pero sí efectivo. Sabía cuándo tirar, cuándo pasar y cómo leer cada jugada. Esa inteligencia en la cancha lo volvió imprescindible y admirado por hinchas y rivales.

Después de su etapa dorada en Deportivo Madryn, su carrera tomó un rumbo nómade. Jugó en Independiente de Neuquén, Racing de Trelew, Gimnasia de Comodoro y también en clubes de Uruguay y Chile. Fue durante esos años cuando formó su familia, con hijos en Argentina y en Estados Unidos.
A mediados de la década del 2010, decidió volver de manera definitiva a Puerto Madryn. El Club Ferrocarril Patagónico le abrió las puertas y allí encontró un nuevo espacio donde compartir su experiencia laboral. Se convirtió en amigo de todos y en una figura querida dentro del club.
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Los últimos años fueron difíciles. Problemas respiratorios lo obligaron a vivir con oxígeno asistido, pero jamás perdió su humor ni el respeto de quienes lo rodeaban. Seguía yendo al club, donde todos lo saludaban con afecto y admiración.

Eddie Robertson fue mucho más que un extranjero que pasó por el básquet argentino: fue un ícono local, un símbolo de esfuerzo y carisma. Su legado va más allá de los puntos y los rebotes: vive en las tribunas, en las anécdotas y en los recuerdos de quienes lo vieron jugar.
Su historia es, sin dudas, una de las más fuertes que haya vivido el deporte patagónico. El básquet de Madryn, y quienes lo aman, hoy lloran a un ídolo que trascendió la cancha. Eddie no solo jugó en Madryn: se convirtió en Madryn.

















