Walaq, el cóndor andino rescatado en El Calafate, será liberado en 28 de Noviembre, la capital provincial del cóndor.
Un nuevo capítulo en la historia de conservación del cóndor andino se está escribiendo en la región de 28 de Noviembre. El joven ejemplar, bautizado como Walaq, será liberado en esta localidad, reconocida como la Capital Provincial del Cóndor Andino. Este evento marca un hito tanto para la fauna autóctona como para las iniciativas locales de conservación.
Walaq fue rescatado a mediados de mayo en las cercanías del paso fronterizo Río Mayer, donde se encontraba en dificultades para volar. Durante una rutina de patrullaje, efectivos de Gendarmería Nacional lo hallaron en ese estado, y en conjunto con veterinarios del Consejo Agrario Provincial (CAP), lograron estabilizarlo.
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Tras su recuperación inicial en El Calafate, el cóndor fue trasladado a Buenos Aires, donde recibió atención especializada en la Fundación Temaikén.
El proceso de rehabilitación ha sido exitoso, y ahora Walaq está listo para regresar a su hábitat natural. “La liberación de Walaq en 28 de Noviembre es un reconocimiento al vínculo histórico y ecológico de esta especie con la región”, señalaron desde el CAP.
Este acto resalta más de 20 años de trabajo conjunto para la conservación del cóndor andino, un esfuerzo que ha logrado convertir a la región en la de mayor concentración de estas majestuosas aves en el país.
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28 de Noviembre, además de ser la sede de esta liberación, ha sido clave en la protección de esta especie. En 2002 comenzaron los proyectos de conservación, y en 2007 se inauguró un sendero de avistaje con miradores. En abril de 2024, un censo registró la impresionante cifra de 134 cóndores, consolidando a esta localidad como un verdadero santuario de la fauna andina.
“Este evento no solo tiene un valor ecológico, sino que también refuerza la identidad local”, destacaron desde la Asociación de Conservación del Cóndor Andino, quienes participaron activamente en las iniciativas de protección. La liberación de Walaq no es solo una victoria para la biodiversidad, sino también para la comunidad que ha hecho de la conservación una causa propia.
Fuente: Tiemposur
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