Chofer de Mirtha
Mirtha Legrand atraviesa uno de los momentos más incómodos de su extensa carrera. A los 97 años, la diva de los almuerzos quedó envuelta en un proceso judicial que promete dar que hablar en la televisión y en el mundo del espectáculo. Su histórico chofer, Marcelo Campos, quien trabajó con ella durante tres décadas, inició una demanda laboral millonaria que sacude la impecable trayectoria de la conductora.
El reclamo, que asciende a 158 millones de pesos, incluye acusaciones de despido ilegal y registración fraudulenta. Campos asegura que durante ocho años estuvo en negro o con un encuadre irregular que lo perjudicó económicamente. El caso salió a la luz luego de que una conciliación obligatoria fracasara, al no lograrse un acuerdo entre los abogados de ambas partes.
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El periodista Luis Bremer reveló detalles de la denuncia y encendió el debate en los medios. Según su versión, los representantes legales de la conductora se negaron a cerrar un acuerdo extrajudicial, lo que llevó el tema directamente a los tribunales. Desde entonces, el asunto se transformó en una novela que mezcla reclamos salariales, vínculos personales y la imagen de una de las figuras más emblemáticas de la pantalla chica.
La defensa de la Chiqui sostiene que Campos estaba inscripto en otro gremio, ya que el sindicato de choferes se creó después de que iniciara su trabajo con ella. Para sus abogados, no existió irregularidad alguna y todo el vínculo laboral se ajustó a derecho. Sin embargo, los representantes del demandante contradicen esta versión y remarcan que, aun con el cambio de gremio, la patronal debía actualizar la registración inmediatamente.
En la presentación judicial, Campos asegura que cobraba 700.000 pesos mensuales cuando debería haber percibido alrededor de 2 millones. Esa diferencia, multiplicada a lo largo de los años, es la base de la millonaria cifra que reclama hoy ante la justicia. El planteo generó sorpresa en el ambiente artístico y encendió una discusión más amplia sobre las condiciones de trabajo en el mundo del espectáculo.
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Más allá de lo económico, la denuncia pone en juego la relación personal que unía al chofer con la diva. No solo conducía su auto: también la acompañaba a eventos, se ocupaba de cuestiones de prensa y hasta cumplía funciones ligadas a su imagen pública. Su presencia en la vida diaria de Mirtha era tan constante que el conflicto judicial se vive como una traición dentro de su círculo más cercano.
El impacto mediático fue inmediato y la noticia circuló en todos los portales. La figura de Mirtha, intocable durante décadas, ahora aparece atravesada por un litigio que abre grietas en su impecable reputación. En la televisión, periodistas y panelistas ya analizan el caso como uno de los juicios más resonantes que podría enfrentar una figura de su talla.
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A sus 97 años, la conductora sigue al frente de sus programas, aunque este episodio la expone a un terreno desconocido. Nunca había estado vinculada a un conflicto judicial de semejante magnitud, lo que multiplica el interés del público. La posibilidad de que el juicio avance durante los próximos meses convierte al tema en una novela judicial con impacto social y mediático.
Por ahora no hay fecha confirmada para el inicio del proceso, pero el escándalo ya está instalado. La batalla entre Mirtha Legrand y su ex chofer promete extenderse en el tiempo, con cifras millonarias en juego y con la mirada de todo el país sobre una historia que combina dinero, prestigio y la intimidad de una de las grandes divas argentinas.
Fuente: Pronto
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