
Le clavaron una aguja oxidada en la espalda y murió: condenaron a cadena perpetua a la madre y al padrastro
Policiales16/09/2025
REDACCIÓN
El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Quilmes resolvió condenar a prisión perpetua a Yesica del Carmen Aquino y Roberto Carlos Fernández, madre y padrastro de León Aquino, el bebé asesinado en Berazategui en 2021. La sentencia confirmó la responsabilidad de ambos en un crimen que estremeció por la violencia ejercida contra el niño.


Durante el juicio, la fiscal María de los Ángeles Attarian Mena sostuvo que “León tuvo un sufrimiento totalmente innecesario hasta su muerte”, y pidió la máxima pena para los acusados. El tribunal tuvo en cuenta los agravantes por ensañamiento, alevosía y vínculo directo en el caso de la madre.
El hecho ocurrió en septiembre de 2021, cuando León, de apenas 18 meses, ingresó a un hospital con múltiples hematomas y lesiones internas. Los médicos radicaron la denuncia y días más tarde el niño murió por una “septicemia traumática” provocada por una aguja oxidada incrustada en su cuerpo.
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La investigación determinó que el menor había sufrido torturas constantes: golpizas, mordeduras, pinchazos con agujas, baños de agua fría, exposición al frío invernal desnudo y hasta intentos de asfixia con almohadas. También se acreditó que lo obligaban a caminar descalzo sobre piedras y le colocaban pimienta en la leche.
Los forenses hallaron una aguja de 2,5 centímetros en la zona lumbar, causante de la infección que derivó en la muerte, además de múltiples pinchazos en el paladar, cuello y pies. Vecinos habían denunciado con anterioridad los maltratos, pero el niño permanecía en la vivienda junto a sus cuatro hermanos, quienes también sufrieron agresiones.
El 19 de septiembre de ese año, los imputados llamaron a una ambulancia alegando que el bebé se había ahogado con leche, aunque la investigación probó que Fernández le dio la mamadera y luego lo tapó con frazadas y almohadas hasta que dejó de llorar.
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Tras el crimen, Yesica Aquino fue detenida de inmediato, mientras que Fernández estuvo prófugo una semana antes de ser capturado. En sus declaraciones finales, ambos intentaron desligarse: “No fui una buena madre, hice lo que pude”, dijo la mujer. “No soy el monstruo que dicen que soy”, expresó el padrastro.
El proceso también reveló que los otros hijos de Aquino, de entre 8 y 16 años, habían padecido situaciones similares. La fiscalía aportó pruebas que demostraron un patrón de violencia sistemática en el hogar.
Fuente: LA NACION.
















