

Lucía Luzbenia Morales, de 75 años, murió en la noche del martes en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. La mujer había sido encontrada el lunes en condiciones críticas dentro de su departamento en las 1008 Viviendas, en un operativo que contó con la intervención de la policía y del cuerpo de bomberos. La noticia generó consternación entre los habitantes del barrio, que seguían de cerca el estado de salud de la vecina.


El hallazgo se produjo en el Sector 1, Edificio 10, luego de que los vecinos decidieran dar aviso a las autoridades por la ausencia prolongada de Morales y por un olor persistente que provenía desde el interior de la vivienda. La alarma vecinal resultó clave para que la intervención se realizara a tiempo, aunque el estado en el que fue hallada ya era de extrema gravedad y limitaba las posibilidades de recuperación.
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Cuando la policía y los bomberos ingresaron al departamento, encontraron a la mujer tirada en el suelo, todavía con signos vitales pero muy debilitada. En ese momento fue asistida de urgencia por personal del Centro de Salud 30 de Octubre, que realizó las primeras maniobras de atención antes de trasladarla de inmediato al Hospital Regional. A pesar de los esfuerzos médicos, su cuadro empeoró y finalmente falleció horas después.
La situación generó un fuerte impacto en la comunidad, no solo por la muerte de una vecina conocida, sino también por las circunstancias en que se produjo el hallazgo. Morales llevaba semanas sin contacto con nadie cercano, lo que refuerza las dudas sobre si contaba con familiares directos en la ciudad o si atravesaba un estado de aislamiento absoluto en sus últimos días de vida.
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La investigación quedó a cargo de la Policía Comunitaria, que había intervenido desde el momento del rescate y ahora trabaja para esclarecer si existieron factores de abandono más graves detrás de esta situación. Mientras tanto, el caso abrió un debate en torno a la necesidad de reforzar los sistemas de acompañamiento a los adultos mayores que viven solos y que muchas veces permanecen invisibles hasta que una emergencia irrumpe con desenlace fatal.
En el barrio 30 de Octubre, los vecinos lamentaron profundamente la pérdida y destacaron la importancia de sostener una red de solidaridad entre quienes conviven en estos complejos habitacionales. El recuerdo de Morales quedará atravesado por la tristeza de haber sido encontrada en condiciones tan dolorosas, lo que plantea una reflexión comunitaria sobre el cuidado y la atención hacia quienes atraviesan la vejez en soledad.

















