

Paul McCartney, Mick Jagger y Elton John encabezan un frente contra el robo de derechos por parte de grandes empresas de tecnología. La alarma no es menor: la inteligencia artificial avanza rápido y los músicos sienten que su obra está en riesgo.


Más de 70 artistas británicos firmaron una carta dirigida a Keir Starmer, Primer Ministro del Reino Unido, donde expresan que la protección de sus creaciones pende de un hilo. “Su Gobierno debe responder a la necesidad de proteger los derechos humanos de los creadores, no solo en sus planes futuros, sino desde ahora”, afirmaron.
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Robert Smith advirtió que los intereses corporativos no pueden superar los derechos de los ciudadanos. “No deberíamos regalar nuestro patrimonio cultural y creativo a Silicon Valley”, agregó, dejando claro el conflicto entre industrias locales y multinacionales.

Elton John remarcó que la gestión de los derechos de autor debe ser transparente y contar siempre con la autorización del artista. Según él, estos principios sostienen la industria musical y garantizan la supervivencia de futuras generaciones creativas.
La carta busca que el gobierno actúe antes de cerrar un acuerdo tecnológico con Estados Unidos, que podría favorecer a grandes empresas a costa de los creadores locales. El mensaje es claro: proteger la propiedad intelectual es un deber estatal, no una opción.
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En paralelo, un portavoz del gobierno británico destacó que las industrias creativas generan empleo y crecimiento en todo el país. “Nos tomamos sus preocupaciones muy en serio y publicaremos un informe completo antes de marzo próximo”, aseguró.
Ese informe abordará transparencia, acceso a material de formación, estándares técnicos y licencias. La intención es equilibrar la protección de los creadores con la posibilidad de entrenar modelos de IA con contenido de alta calidad en Reino Unido.
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La tensión entre tecnología y arte se intensifica, con músicos alertando sobre la rápida expansión de la IA y su capacidad de replicar obras sin autorización. La carta colectiva refleja la urgencia de encontrar normas claras y justas.
Mientras tanto, la industria observa expectante. El mensaje de McCartney, Jagger y compañía es contundente: proteger la creatividad británica no es negociable. La disputa recién empieza y marcará el rumbo de la música frente a la inteligencia artificial.
Fuente: Indie hoy


















