

La provincia de Córdoba atraviesa un escenario de profundo dolor tras una trágica seguidilla de muertes súbitas en menores ocurridas en apenas cinco días. Cuatro familias quedaron devastadas por la repentina pérdida de sus hijos, en hechos que generaron conmoción social e incertidumbre en la comunidad educativa y deportiva.


El caso más reciente tuvo como protagonista a Thian Toledo, de 7 años, quien falleció el lunes por la noche en Río Tercero. El niño se encontraba en un cumpleaños cuando, de manera repentina, se sentó en una silla, perdió el conocimiento y minutos después se desplomó. Su familia denunció que la ambulancia tardó en llegar, lo que agravó aún más la angustia por el desenlace.
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Según el relato de la tía abuela del pequeño, Ana Toledo, “supuestamente se había descompuesto, cayó al suelo y estaba morado”. Pese al traslado de urgencia al hospital local, Thian sufrió un paro cardiorrespiratorio. Los médicos intentaron reanimarlo durante 45 minutos, pero no lograron salvarlo. La Fiscalía ordenó una autopsia para determinar las causas exactas de la muerte.
La comunidad escolar de Capilla de los Remedios, donde asistía Thian, organizó una colecta solidaria para ayudar a la familia con los gastos del sepelio. “Están atravesando un momento de profundo dolor. Quienes deseen acompañarlos pueden colaborar con los gastos”, expresaron en un mensaje difundido a la comunidad.
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El mismo martes, otro hecho estremeció a Córdoba: Lautaro Maineri, un adolescente de 15 años, se descompensó mientras jugaba al truco en la escuela Ipet 251 de Guarnición Aérea. Fue trasladado a la Clínica Vélez Sarsfield, donde los médicos detectaron un coágulo en una zona inoperable de la cabeza. Tras permanecer en estado vegetativo, finalmente falleció.
Lautaro era arquero en el Club Atlético All Boys de barrio Rosedal. “Lo vimos bien, estaba bien, no presentaba ningún problema. Cuando terminó el partido lo abracé, sin saber que iba a ser el último abrazo”, recordó conmovido el coordinador de fútbol Gabriel Peralta. El club lo despidió con un emotivo homenaje, destacando su alegría y compromiso deportivo.
Días antes, otro adolescente de 13 años murió en la sede del Club Atlético San Lorenzo de barrio Las Flores mientras practicaba fútbol con sus compañeros. Un docente intentó reanimarlo con maniobras de RCP hasta la llegada de los servicios de emergencia, pero los médicos no pudieron evitar su fallecimiento. La comunidad del club expresó su dolor y acompañó a la familia en el difícil momento.
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La serie de tragedias se inició en Villa Carlos Paz, cuando un chico de 13 años sufrió un episodio de muerte súbita en una plaza del barrio Los Eucaliptos mientras realizaba actividad física. Fue trasladado al Hospital Municipal Gumersindo Sayago, donde se constató su deceso pese a los intentos de reanimación. La Fiscalía del Tercer Turno, a cargo de Jorgelina Gómez, intervino para investigar el hecho.
El Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD) subrayó la importancia de acompañar a las familias y de generar conciencia social frente a estas pérdidas. Las muertes súbitas en menores, aunque poco frecuentes, impactan de manera devastadora en los entornos escolares y deportivos, y requieren de un abordaje integral que combine prevención, contención y acompañamiento.


















